Colegio de Ricos [Lee Taeyong]

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Caminando por los pasillos los cuatro chicos demasiado guapos pasaban con las manos en sus bolsillos y uno de ellos con sonrisa coqueta en el rostro, haciendo que todos a su alrededor se volvieran locos, incluyendo a Sihyeon.

Si, aunque no lo crean ella también está perdida por unos de ellos, algo que contradice sus palabras, definitivamente algo que lo contradice.
La chica volvió en si, cuando Narae le dio una palmadita en el hombro. Se veía avergonzada y tenía un leve sonrojo en sus mejillas.

-Sihyeon, tu actitud me dice lo contrario, ¿debería meterme con uno de ellos?

La antes mencionada negó rápidamente haciendo que Narae riera un poco por su acción.

-Lo siento, es que tiene años que me gusta, no puedo evitarlo, pero si se enteran las demás, estaré muerta

-Se nota y más por las miradas que me dieron al mirar a uno de ellos, ¿porque no llevan el uniforme como nosotras?

-Controlan la escuela, ¿que esperabas? Son unos malditos niños ricos mimados que creen que tienen el mundo a sus pies

-No decías eso cuando...... babaeabas por el de cabello rojo

La campana sonó indicando que tendrían su primera clase, entraron a las aulas y Narae quedó fascinada con todo, eran terriblemente hermosas. Pero bueno, que más podía esperar si los dormitorios eran terriblemente grandes.

La clase estaba completamente normal hasta que todos los estudiantes comenzaron a susurrar entre ellos y los mensajes en los celulares se comenzaban a hacer presentes, incluso en el de Sihyeon.

Era un grupo de chats, todos comenzaron a salir corriendo con dirección a los salones de segundo año, Sihyeon solo lamentó por lo bajo, sabía que iba a suceder.

-Ven, tienes que aprender porque no meterte con ellos

La tomó de la muñeca llegando a uno de los pasillos donde la gente se estaba acumulando y gritando como si del coliseo se tratase. El chico en el suelo estaba escupiendo sangre de la boca, con su rostro golpeado e incluso una que otra mancha de zapato en la camisa, lucía como una pesadilla de la cual querías despertar.

-Esta es la razón por la que debes de tener cuidado, esta vez no se la razón del porqué está sucediendo esto, pero para dejarlo así, debe ser algo grave

-¿Porque nadie interviene? lo van a matar

Narae trataba de defender al chico pero Sihyeon la tomaba del brazo, si entraba ahí estaría muerta.

-¿Que crees que haces? Si te metes en esas peleas considerate muerta, nadie puede intervenir Narae, ni siquiera mi papá

En las caras de todos había satisfacción, ninguno lucía aterrado, todos parecían disfrutarlo. ¿Que demonios le sucede a las personas?
Carcajadas, videos, golpes, sangre salpicada, todo eso paró cuando el camino del otro lado se abrió dejando ver a los cuatro chicos de hace rato. El principal de ellos con la mano en los bolsillos y mirada intimidante en el rostro, cabello rubio y mandíbula marcada, era extremadamente guapo.
Éste se acercó y se colocó a la altura del chico golpeado y le dio una sonrisa burlona.

-¿De verdad pensaste que te ocultarías bien? ¿Crees que soy idiota? Si revelas algo del instituto como tu amigo quería hacerlo, déjame decirte que terminarás como él o peor, y ya lo estás viendo

Incluso su voz daba escalofríos, su ceja rasurada y mirada penetrante que hacía que quisieras hacerte del baño encima.
Si mirada se posó en los chicos de atrás, dos de ellos mirando con seriedad todo lo que sucedía y el otro simplemente hizo contacto visual con ella y luego desvío la mirada.

Todos quedaron sorprendidos cuando el chico en el suelo le escupió al contrario manchando de sangre su rostro.
Este dio una sonrisa con ironía y luego tensó la mandíbula, para levantarlo y dejarle otro golpe en su rostro, si seguía así podría hasta matarlo.

Narae comenzaba a tratar de zafarse de los brazos de Sihyeon quien la tenían agarrada por detrás.
Sus intentos sirvieron y se soltó para después correr hacia el rubio y empujarlo contra los casilleros dejando a todos sorprendidos y a él bastante enojado.

La chica ayudó a levantar al que yacía en el suelo y miró a Sihyeon quien sólo estaba aterrada con la situación, pero aún así ayudó y salieron de ahí lo más rápido posible llevándolo a la enfermería.
Sus manos y sus dientes temblaban de miedo, sabía que había cometido un error y uno bastante grande y que probablemente no saldría de esa al igual que Sihyeon.

-¿!Porque hiciste eso!? ¡Ahora no te van a dejar viva, empujaste a Taeyong, al lider de esos patanes!

-¡No me lo recuerdes!, tengo ganas de llorar al igual que tu, tengo mucho miedo, pero lo iba a matar sino hacíamos algo

Llegaron a la puerta de la enfermería y entraron sin pensarlo colocando seguro en las puertas y uno que otro mueble, por seguridad claro.

En el pasillo el rubio quien ahora es conocido como Taeyong apretaba sus nudillos hasta el punto de dejarlos blancos. Estaba furioso y sus amigos lo sabían.

-¿Quien era esa chica? Debe tener muchas agallas para empujar a nuestro gran Taeyong

Dos de ellos se rieron con burla mientras que el otro seguía pensando en lo que había pasado. Taeyong dio un grito enojado y golpeó el casillero haciendo que sus nudillos sangraran.

-Genial, ahora también te lastimaste, vamos Lee, tenemos que esperar a que los encuentren

El rubio se levantó y comenzó a caminar rápidamente, sabía a dónde habían ido amabas chicas y el hijo de puta que no había terminado de golpear.
Caminaron más y encontraron la enfermería efectivamente, Taeyong trató de abrirla y tenía seguro.

El rubio comenzó a forzar la puerta, mientras que adentro Sihyeon comenzó a entrar en pánico y a sudar frío. No tenían por donde salir y si lo hacían tenían que llevar al chico que estaba todo moribundo.

-La ventana

-¿Estas loca? A duras penas lo aguantamos aquí; oh no, moriremos y todo por culpa tuya

-¿Mi culpa? Tu puedes irte, yo me quedaré aquí, no te preocupes

-¿Estas segura de eso? No quiero dejarte sola

-Solo vete Sihyeon, no quiero que tu papá tenga problemas

La chica asintió abrió la ventana para después comenzar a colarse por ésta. Narae la ayudó un poco empujando su trasero desde adentro haciendo que Sihyeon cayera del otro lado y se quejara un poco.

-Estoy bien

Menos mal, pensó Narae para sus adentros, suspiró y se sentó junto a la cama del chico quien tenía un ojo cerrado por el golpe y el otro abierto, le dio una sonrisa a Narae y ella correspondió. No duró mucho el momento de alegría, la puerta se abrió.