Colegio de Ricos [Lee Taeyong]

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El marcador iba tres a cero, favor las mujeres. Aunque habían pensado que Narae sería su punto débil, técnicamente no lo fue, perdió el miedo con tan sólo veinte minutos de práctica, incluso hasta retaba a Johnny quien ahora era el punto débil de los chicos. Eso no se lo esperaban

-Vamos Taeyong no puedo creer que tu novia nos gane

-Cállate, déjame concentrarme. Cariño hoy te voy a aplastar

-Uy esto se pondrá feo

Sabían perfectamente que ninguno de los dos servía para los deportes y en este caso ambos era un par de idiotas, una pareja de idiotas felices, ¿que más podrían pedir?
Bueno técnicamente si eran un par de idiotas, entre los dos le pegaron a Sihyeon quien comenzó a sangrar de la nariz, vaya que tenía mala suerte con todo.

-¡Sihyeon!

Ni siquiera supieron como Johnny había llegado tan rápido con ella si tenía la pierna rota y embolsada en plástico, se sorprendieron bastante al ver como comenzaba a revisarla y moverla como si de una muñeca de trapo se tratase.

-¿Están viendo lo mismo que yo? ¿O estoy alucinando?

-Vamos tortolitos si no van a seguir jugando salgan del campo

-¿Cual campo? es una alberca Joy

-Lo que sea, vamos, rápido

El golpe que le habían dado a Sihyeon no fue tan fuerte, pero su lo suficiente para hacerla sangrar.
Johnny ni siquiera quería tocarla, solo daba pequeños golpecitos con el algodón lo cual le causaba un poco más de dolor.

-Yo puedo sola, gracias

-Déjame ayudarte, te lo debo después de todo

-Estoy bien, en serio. Siquirres regresa con los chicos yo puedo verme sola

-Sihyeon deja de actuar así

-¿Así como? Estoy perfectamente bien, un poco sangrante de la nariz pero eso es todo

-Te conozco y si, lamento haberte dicho todo eso. No eres como las demás, eres especial

-¿Eso lo sacaste de tu pecho o te lo dijeron los chicos? Escucha Johnny, lamento que yo sienta algo por ti, pero desde que te conozco así siempre ha sido así

-No entiendo como pudiste fijarte en mi, siempre he sido un patán con las chicas

-Creo que eso es lo que buscamos, buscamos lo peor que podemos encontrar y en este caso obedecí más a mi corazón que a mi cerebro

-Los sentimientos no se controlan después de todo. Lo siento de verdad, por todo lo que te dije

La miró a los ojos durante unos instantes, el momento era gracioso pero a la vez demasiado cursi, uno con la pierna rota y la otra con la nariz ensangrentada.