Colegio de Ricos [Lee Taeyong]

18

Con la luz del sol reflejando sus ojos y colandose por la ventana, Taeyong despertó con Narae en brazos y acurrucada en su pecho. Su temperatura ya estaba normal y eso en cierto punto lo aliviaba.
Tratando de darse vuelta para observar el reloj en su mesa de noche, se dio cuenta que eran pasadas las siete, las clases comenzarían en poco y Narae aún estaba en su cuarto, poco le importaba a él que asistiera clases, al contrario quería quedarse ahí todo el día.

Comenzó a moverse poco a poco sin embargo el agarre de la chica se volvió más fuerte y se acercó aún más a él. Taeyong solo suspiró con delicadeza comenzó a acariciar su cabello.

-Florecitas

-Mh

Volvió a suspirar y no dijo nada más y la apretó aún más contra él. Se sentía tranquilo, como si un gran peso de encima se le quitara de los hombros, o bueno eso fue hasta que vio a dos mayores entrar a su habitación y abrir los ojos sorprendidos.

-¡Dios mío!

-¿Pero que~? ¿Quienes son ustedes y que hacen en mi habitación?

El decano Jeon estaba detrás de ellos mientras aguantaba formar una sonrisa en su rostro, jamás en su vida había visto esa fase de Taeyong y ahora comenzaba a intrigarle.

-Somos los padres de Narae, ayer no contestó ninguna de mis llamadas y vinimos a asegurarnos que estuviera bien. Ahora que lo pienso tu eres ese chico que contestó

Mierda y más mierda, había olvidado decirle a Narae de que su madre la había llamado. La señora estaba llena de harina y uno que otro pedazo de pan en el cabello, aun llevaba su delantal. Su padre por otro lado llevaba delantal y sus manos estaban blancas por amasar todo.

-Narae, ¿levántate que crees que haces? Te dejamos venir para que estudiaras no para que consiguieras novio

-Disculpen la molestia, pero........ ¿quienes son ustedes?

La voz de Doyoung se escucho detrás de ellos, junto con el estaba Yoonoh quien observaba la escena un tanto desconcertado. Miró a Taeyong y solo levantó una ceja como cuestionamiento, el rubio desvío su mirada y no dijo nada, ¿que se suponía que debía decir?

-Cariño, levanta a tu hija, debemos hablar con ella. ¡No puedo creer que ahora tenga un poliamor!

-¡NO! Nosotros no estamos involucrados, solo aquel chico de cabellos rubios acostado con ella es su novio

Taeyong comenzó a despertarla y ella se sentó en la cama con los ojos entrecerrados, mejillas hinchadas y cabellos alborotado. Al rubio le fascinó verla así.
Narae talló sus ojos y miró al chico quien le hizo señas de que observará la entrada de la habitación, ella hizo caso y en cuanto vio a sus padres volvió a tallar sus ojos con más fuerza.

-¿H-Hola?

Trató de formular una sonrisa en su rostro, pero en cuanto vio a su madre sería se levantó rápidamente, la ropa que Taeyong le quedaba enorme.

-Tenemos que hablar, ven con nosotros. Luego regresas con tu novio

Sus padres la veían seriamente a los ojos, ella simplemente no sabía que decir. La habían descubierto con Taeyong acostada en la misma cama. No había pasado nada, pero aún así los padres en algún momento de su vida son paranoicos y en especial con sus hijas.

-Narae, ¿quieres explicarnos porque estabas acostada con un muchacho el cual no conocemos en su habitación? Y también dinos, ¿porque estas usando su ropa? Que además cuesta más que todos nuestros ahorros de la panadería

-Bueno, yo

-Si, necesitamos dinero. Pero eso no justifica que tengas que meterte con él solo para conseguirlo. Nosotros te hem~

-Mamá sigo siendo virgen por el amor de dios

-¿Entonces porque estabas con él? ¿Porque llevas su ropa?

-¿Piensas que me metí con él solo por dinero? ¿En serio piensas eso de mí? Después de todo en lo que los he ayudado, ¿piensan eso de mí?

Ambos padres se quedaron callados ante el comentario de su hija. Solo la miraron a los ojos pero de sus bocas no salió palabra alguna. Narae solo suspiró mientras sentía sus ojos picar. ¿Sus padres la creían una prostituta?

-Narae, nosotr~

-No, déjenlo. Ahora sé que es lo que piensan de mi, después de todo yo creía que eran mi familia, ahora veo que me equivoqué

Taeyong seguía esperando a la chica los más alterado posible, sabia que sus padres le iban a decir algo, por eso se la llevaron a solas.

-Pareces León enjaulado, ¿podrías controlarte un poco?

Taeyong ni siquiera presto atención a lo que Kim le había dicho, al contrario salió a buscar a la chica, vio a sus padres en el camino solos, pero no le dijeron nada. Por los jardines, las albercas, las canchas, no había rastros de ella. Se sentía vacío si no la tenía a su lado y eso comenzaba a preocuparlo.
Los sollozos se escuchaban cerca de él, giro su cabeza y la vio con su cabeza escondida entre sus piernas mientras trataba de hacer ruido alguno.

-Florecitas

Taeyong se acercó hasta llegar a su lado, en cuanto puso su mano sobre las de ella, Narae dio un brinco del susto para después levantar el rostro y ver al chico. Él sintió una punzada en su corazón al verla de esa manera y no dudo en envolverla en sus brazos, haciendo que ella escondiera su rostro en su pecho y todas sus lágrimas humedezcan su camisa.

-Ay florecitas

Ella no paró de llorar, apretaba y jalaba la camisa del chico que acariciaba su cabello con delicadeza. Pegó su mentón en la coronilla de ella, suspirando y esperando que ella encontrara calma, sentía que debía protegerla y consolarla. Antes con solo verla así el corazón no se le estrujaba, ahora era algo distinto, algo que jamás había sentido y de lo que Joy le había hablado años atrás. El amor

Sonaba ridículo ante él, escuchar esa palabra resonando en su cabeza. Era imposible que Narae le gustara cuando apenas la conocía, cuando antes de todo eso la maltrató. Su cerebro estaba confundido y no sabía ni que pensar, sus manos y cerebro hacían cosas distintas, pues mientras él pensaba todo y que puede ser una locura, sus manos aún seguían confortando a la chica que seguía sollozando y mojando su camisa con sus lágrimas.

-Florecitas, yo

-No te vayas, no me dejes sola