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T/n Kobayashi

7:00 a.m.

La alarma de mi teléfono me despertó. La apague y me senté en la cama, estire los brazos y fui a fijarme en la ventana. Hacía un lindo sol y el cielo estaba despejado y tan azul, era una linda mañana.

Recordé lo que había pasado en la madrugada. Sanemi-san había sido muy amable conmigo, se preocupó y me ayudó a calmarme. Al estar en sus brazos y rodear su cuello con los míos, me hizo sentir una cálida sensación en mi pecho, una paz que no había experimentado hace tiempo, me sentía calmada y protegida... Su voz, su sonrisa, sus cicatrices, sus manos y sus ojos... simplemente son perfectos... Esa sensación que tenía cada vez que sentía su tacto en mi cabeza, era una combinación de felicidad y emoción... algo que nunca había sentido...

Salí de la habitación para poder buscar el baño, pero note que la habitación de Sanemi-san tenía la puerta abierta. Con cuidado, me asome y pude ver a Sanemi-san acostado en su cama, estaba durmiendo. Pude ver su cabello gris cálido desordenado, además de que estaba sin camisa con su torzo descubierto, por su respiración podía notar como su pecho se inflaba, se veía tan... sexy...

Sentí como mis mejillas se ponían calientes, quería estar más cerca y admirar su hermoso rostro, su escultural cuerpo... Así que decidí entrar y ponerme al lado de la cama. Me acerque a su rostro y mire sus cicatrices más de cerca las cuales lo hacían ver aún más atractivo.

—Es muy lindo... —susurre dando una leve sonrisa.

Pase las yemas de mis dedos delicadamente por sus cicatrices y acaricie su mejilla con suavidad para no despertarlo. Me acerque más rozando nuestras narices, mi cabeza y mis labios exigían probar los suyos, quería sentirlos, sentir su calidez, su seguridad...

Sin dudarlo más, decidí arriesgarme. Junte mis labios con los suyos, mi cabeza y mi cuerpo estaban inundadas de nuevas sensaciones que jamás habia sentido. Era indescriptible aquel cosquilleo que sentía... Sobre todo porque era mi primer beso...

Al darme cuenta de lo que estaba haciendo, me aparte bruscamente cayendo sentada al suelo.

—Demonios... —tape mi rostro con mis manos —¿Qué hice? —susurre alterada.

¡No podía creer que había besado a mi profesor! ¡¿Acaso estoy loca?! ¡Esta dormido! ¡¿Como siquiera podía ocurrirme eso?! ¡Soy una tonta!.

Me levante del suelo y salí del cuarto rápidamente cerrando la puerta. Intentaba controlarme pero no podía evitar pensar en la sensación de mis labios al estar junto a los suyos...

—Maldición...

Solté un fuerte suspiro y regrese a la habitación para buscar mi uniforme e ir a ducharme. Siempre llevaba un uniforme extra por la práctica de fútbol, incluso cambios de ropa interior. Así que los tome y fui a ducharme. Cepille mi cabello y fui a la cocina para ver que podía hacer de desayuno, quería ayudar a Sanemi-san, por culpa mía no había podido descansar bien, era lo menos que podía hacer como agradecimiento...

Decidí hacer panqueques para ambos, ya que estaban todos los ingredientes y eran rápidos de preparar. Cuando termine de hacerlos, iré a despertarlo, no quiero que lleguemos tarde a la secundaria...

...

8:00 a.m.

Al terminar estos, los puse en ambos platos y fui a la habitación para despertar a Sanemi-san. Abrí la puerta y me acerque cuidadosamente.

—Sanemi-san... Sanemi-san... —lo sacudí levemente con mi mano en su hombro.

Poco a poco fue abriendo aquellos ojos color violeta que me habían enamorado aquella noche, me miraban fijamente. Extendió su brazo y pusó su mano hacía mi rostro y acarició mi mejilla con su dedo pulgar.

El Día Que Llegaste A Mi Vida... (Sanemi x lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora