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T/n Kobayashi

—T/n-san... T/n-san...

Escuchó una voz masculina que me hace reaccionar.

Abró los ojos y lo primero que me encuentro son unos ojos preocupados de un peli rosa.

Intento sentarme pero un fuerte dolor se apodera de mi cabeza.

—¡Agh! —expresé con dolor mientras sostenía mi cabeza.

Akaza-san me tomó de los hombros.

—Tranquila, intenta no esforzarte tanto, aún estas en cama —dijo él.

Mire a mi alrededor, no sabía dónde demonios estaba.

—¿Donde estoy?

—En el consultorio de Shinobu-sensei.

—¿Por qué?.

—Te desmayaste...

Ahora todo tenía sentido. Poco a poco aquellos malos momentos volvieron a aparecer en mi cabeza.

Sentí un gran vacío por dentro, no sentía nada más que ganas de llorar, pero las lágrimas no salían.

—Quiero irme... —dije sin pensar.

—Linda, yo...

—Hola señorita T/n —Shinobu-sensei había entrado —¿Como estas? —preguntó.

Solo le mire y aparte de mirada, no respondí.

Ella se acercó a mí un poco más entregándome un vaso de agua.

—Dime cariño ¿Qué fue lo que pasó? —preguntó.

... Definitivamente no quería recordarlo...
Los gemidos...
Los sonidos...
Sus respiraciones...
Sus palabras...
Su mirada...

Era simplemente asqueroso.

—Recordé a mis padres —respondí sin más.

—¿Tus padres? —repitió confundida.

—Mis padres biológicos.

Me miró con cierto asombro y culpa, suponía que no debía de saberlo aún eso viniendo en mi expediente como estudiante.

—Lo siento, T/n-san, yo...

—Tranquila, Shinobu-sensei. No todos lo saben... —dije tratando de tranquilizarla.

Ella solo suspiró.

—¿Quieres irte a casa? —preguntó.

Asentí.

Me miró con cierta preocupación, pero solo volvió a suspirar y se retiró dejándonos sólos a mi y al peli rosa.

—¿Crees que puedas traer mis cosas? —pregunté a Akaza-san.

—Claro... —respondió dando una sonrisa y acariciando mi mejilla.

Besó mi frente y se retiró.

No pude soportarlo más...

Sentí como nuevamente las lágrimas recorrían mis mejillas, el dolor en mi corazón era más fuerte y el dolor de mi cabeza era aún más insoportable. Cubrí mi boca para que nadie me escuchará, para que nadie pudiera escuchar aquellos llantos de dolor...

¿Qué debería pensar? ¿Qué debía hacer? ¿Debería de preguntarle? ¿Como iba a preguntar si la respuesta estuvo ante mis ojos?...

Escuche unos pasos acercándose hacia acá, debía de ser Akaza-san...

El Día Que Llegaste A Mi Vida... (Sanemi x lectora) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora