4.- Vomit Boy el escape forzoso.

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Trago fuertemente una y otra vez, claro, como si el hacer eso fuera a hacer que se calmen mis emociones.

Intento hablar pero no puedo, y parece que mi cuerpo en general no quiere reaccionar.

Divido la vista entre mis amigas y el chico sobre las escaleras quien me mira fijamente con una sonrisa pícara en el rostro.

Dios, ¿por qué hoy?

¿Qué de malo he hecho? ¿pequé en algún momento?

Si tener pensamientos impuros es un pecado, lo entiendo, pero ¿castigarme así? ¿con una declaración de amor en público? ¿no es mucho?

Solo tuve pensamientos un poco, poquitititto lujuriosos sobre Daniel ¿eso es pecado? Bueno, quizás sí lo es ya que estaba traicionando a Keanu al pensar en hacer cosas indebidas con el castaño.

De todas formas ¿acaso en mi vida pasada hice algo mal? ¿por qué se tiene que declarar en un bar?

Sé lo que me va a decir, sé lo que me va a preguntar, y es una jodida mierda no tener idea de qué contestar.

Carraspeo, carraspeo, carraspeo ¿y si finjo que tengo tos? ¿será suficiente razón para no subir ahí?

¿Podré escapar si digo que la margarita me dio dolor de panza y creo tener diarrea?

Voy a pasar pena si miento con eso, pero ante situaciones desesperadas medidas desesperadas.

一 Creo que está demasiado emocionada que no sabe cómo reaccionar 一 festeja Beth sacándome de mi aturdimiento.

¡Emocionada y una mierda!

¿Quién diablos hace una declaración en un bar?

Por eso es que las sorpresas de mis amigas son horribles y, aunque valoro el esfuerzo normalmente lo que organizan termina por disgustarme.

Las adoro, pero sus sorpresas parecen un castigo.

De todas formas ¿por qué frente a tanto público? ¿qué no tienen miedo a ser rechazados?

Aunque quizás Keanu lo hizo porque piensa que tendrá un "sí" por respuesta, cosa que está muy, pero muy, y digo muy, muy, muy ¿ya dije muy? pues repito: muy lejos de la realidad.

一 Desa, sube, ve con mi hermano que te tiene planeado algo.

一 Pero... yo..., mira que... lo que pasa... no, pero sí. 一 Tartamudeo ¿o balbuceo? ni siquiera sé qué diablos digo.

一 Ojitos, el espectáculo aún no comienza, deja el vómito verbal para después.

一 ¿Qué?一 abro los ojos anonada一 ¿espectáculo?

Todos asienten felizmente. ¡Felices! ¿a caso soy la única a la que no le agrada esto?

Miro a Daniel, quien tiene la vista fija en las escaleras y el agarre en mi cadera sigue firme, sin querer soltarme.

Y no quiero que lo haga.

Los reflectores vuelven a apagarse y la pantalla del centro de la pista comienza a parpadear en una cegadora luz blanca.

Diosito, si me quieres llevar contigo juro que este es un buen momento.

一 ¿Qué está pasando? 一 vuelvo a preguntar aferrándome a la mano de Daniel.

¿Por qué lo hago? porque parece la única persona a la que tampoco le agradan este tipo de cosas.

Y eso me alivia, de verdad que lo hace.

一 ¿Te acuerdas que hoy mencionamos stripers? 一 habla la pelinegra.

Joder, lo que me faltaba.

Alguien que me diga que no es cierto.

Marrón en el ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora