22.- El triste baile de luces en sus ojos.

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一¿Qué día es hoy? 一pregunto al ver que todo es completamente oscuro.

Los chicos están sentados en la otra cama hablando de no sé qué pero Elios tiene un ligero fruncimiento de cejas mientras Daniel está cruzado de brazos mirando por la ventana del cuarto.

Apenas me escuchan ambos voltean a verme y mi amigo cambia completamente su cara, plasmando en ella una gran sonrisa.

一¡Ojitooos!

No sé cómo y no sé de qué manera pero cuando me vengo a dar cuenta tengo a Elios sobre mí abrazándome.

一¿Por qué eres tan empalagoso?

Intento quitármelo de encima pero este parece aferrarse más a mí cubriendo mi cara con una mano y pegándome a su pecho.

一No soy empalagoso.

一Entonces suéltame.

一No.

Comienza a apretarme demasiado y a como puedo le hago un gesto de ayuda a Daniel quien solo se ríe de nosotros del otro lado de la habitación.

一Elios, suéltala. Tiene que cambiarse de ropa si queremos llegar temprano.

一Tú qué, ¿quién eres? 一habla este ignorando lo que ha dicho.

一Elios, no seas grosero 一lo reprendo.

一Bien.

一¿A dónde vamos? 一pregunto una vez que este me ha soltado.

一Al sensorio.

Miro a Daniel y luego a Elios con una ceja levantada.

一Que divertido. 一Parecen captar el sarcasmo en mi voz y ambos sonríen.

一Ojitos, no me digas que no sabes lo que es un sensorio.

一No, no lo sé. Pero lo descubriré.

Le guiño un ojo al peligris antes de levantarme a tomar mi bolso y dirigirme al baño. Tomo una ducha rápida y me pongo un short blanco que se puede amarrar a la cintura, un top de tirantes tipo corsé color rosa con decoraciones de encaje y un suéter estilo cárdigan punto ligero.

Me miro una última vez en el espejo del baño sin olvidarme de sonreír a mí misma primero y salgo; cuando lo hago, los dos chicos ya están listos. Elios con un pantalón de mezclilla, una camisa gris y una chamarra negra, y Daniel con un pantalón café y una playera manga larga arremangada color blanca.

一¿A dónde tan guapos? 一pregunto antes de comenzar a ponerme los tenis blancos con una sonrisa plasmada en el rostro.

一¿A dónde tan bonita, ojitos?

一A ver a mis diez novios, obvio.

一Sigo creyendo que es mentira 一se mete Daniel.

一No lo sé, uno nunca sabe 一me encojo de hombros一 ¿tú no me dirás algo?

一Te bañaste. Te ves bien.

一Desgraciado.

Una media sonrisa se forma en su rostro mientras se cruza de brazos y se apoya en una pared mirándome de arriba a abajo.

一Eres hermosa, Desa. Muy hermosa.

Su comentario hace que un ligero rubor llene mis mejillas y las yemas de mis dedos comiencen a picar. Es más fácil contestar cuando me lo dice alguien que no sea Daniel porque cuando él comienza a decir cosas así algo en mi interior comienza a molestar. Los latidos se me disparan y respirar se comienza a dificultar.

Marrón en el ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora