23.- Ruido y tranquilidad.

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Para mí Daniel siempre fue esa persona que se la pasaba riendo, aquella con la que se podía pasar un buen rato y con la que siempre te ibas a divertir, con la que siempre tendrías un buen tema de conversación sin importar qué.

Él siempre fue una persona feliz y aún cuando lo había visto serio no era nada como la seriedad que ahora reflejaba su mirada.

Vi a Daniel de muchas formas pero jamás como alguien que guardaba un gran dolor en su interior. Era la primera vez que me dedicaba una sonrisa que hacía que se me encogiera el corazón de una manera sumamente dolorosa. Era la primera vez sentía que su mirada estaba...rota.

Dicen que las personas más tristes son las que más sonríen. Quizá eso sí es cierto. Daniel siempre sonríe ¿es el reflejo de su alma triste?

一Te estás abriendo conmigo.

Asiente.

一Me estoy abriendo contigo.

Suelto nuestras manos un breve segundo y ahora son las mías las que envuelven completamente las suyas. Aunque a comparación, las mías son diminutas.

一¿Puedo seguir preguntando?

Él me mira directamente a los ojos formando una línea con los labios, me veo reflejada en su mirada y entiendo que no quiere eso y que si bien se está abriendo conmigo hay cosas para las que aún no estamos listos.

一Desa...

一¿Sí?

一¿Puedo darte un abrazo?

Asiento lentamente y comienzo a sentir mi cuerpo siendo atraído por el suyo hasta que me rodea completamente y si bien he estado otras veces entre sus brazos en esta ocasión es diferente. Se siente más...cálido.

Quizá es porque se ha derivado de una situación mucho más personal.

Yo igual lo rodeo intentando que sienta la misma calidez, cuando apoyo mis manos en su espalda se tensa un poco pero al instante se relaja. Esconde la cara entre mi cuello y siento su respiración rozarme. Aquello hace que un escalofrío me recorra; quizá...esta vez estamos más cerca y no solo físicamente.

El silencio nos envuelve por mucho tiempo mientras que nuestras respiraciones se acompasan. Llevo mi mano a su cabello para comenzar a acariciarlo y quisiera detener el tiempo. No quiero soltarlo y no quiero que me suelte. Es la primera vez que siento esto y eso mismo hace que me de miedo porque no puedo estarlo sintiendo.

⌒☆⌒☆⌒

Apenas despierto y una sensación de rareza se instala en mi cuerpo, llevo la mano directamente a mi pecho y la cierro ¿por qué siento que comienza a pesar?

Doy una gran bocanada de aire mientras paso las manos por mi cabello. Me levanto al baño apurada intentando buscar paz y me mojo la cara apenas llego.

Cuando salgo los chicos ya se han despertado. Ambos tienen cara de sueño y Elios está bostezando. Les dedico una sonrisa y comenzamos a arreglar todo para marcharnos. El fin de semana había acabado y hoy teníamos clases a las que claramente vamos a faltar debido a que ni siquiera estamos en la ciudad.

Una vez que estuvimos listos, desayunados y con combustible extra salimos a carretera. A diferencia de cuando veníamos esta vez íbamos callados y sin embargo no era incómodo. Se reproducían varias canciones, entre ellas Darte un Beso y no pude evitar sonreír al escucharla.

Llegamos durante la tarde y supongo que los tres estamos bastante cansados como para hacer algo así que nos despedimos y, apenas llego a mi apartamento tiro todo en el piso y comienzo a dibujar, cansada o no tengo un proyecto que terminar.

Marrón en el ArcoírisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora