𝕮𝖆𝖕. 1|𝕮𝖔𝖓𝖙𝖗𝖆𝖙𝖔

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Recordaba el fuego, el ruido, su corazón tratando de salirse de su pecho, todo mezclado con sus gritos y sus lágrimas llamando por ayuda

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Recordaba el fuego, el ruido, su corazón tratando de salirse de su pecho, todo mezclado con sus gritos y sus lágrimas llamando por ayuda.

Desperto con un sobresalto y los bellos erizados. Con rapidez se sienta y se recarga en la cabecera de la cama respirando rápido. Trago saliva y paso sus manos de su frente hasta su cabello largo y gris... Aunque no tanto como antes. Aguanto la respiración un poco y volvo a respirar, pero ahora con más calma. Se levantó de la cama y cambió su bata de dormir a su vestido habitual.

Verde, como las paredes de su habitación con decorados dorados. Abrió la ventana dejando entrar a 3 cuervos negros, los cuales se unieron a ella de inmediato dandole conocimientos.
Estaba por lavarse la cara cuando el tatuaje de su brazo la distrajo. Los gatos y la corona, el tatuaje de los leones moneda de Pekka Rollins.

Hace 7 meses que el palacio de Hierro había explotado, Pekka perdió muchos miles de kruge por eso, pero recuperó su cabaret a costa de muchas vidas... Una de ella no que Hwaxin, que tras rescatarla de los escombros la forzo a firmar su contrato de trabajo en donde la hacía responsable sobre todo el dinero perdido por la explosión.

Al principio, sintió terror tras saber que iba a tener que trabajar con Pekka Rollins y ser una más de los Leones moneda. Se sentía una traidora a los despojos... Después descubrió lo que le hizo a Nie, a Li y a Tania, entonces fue así que su miedo se convirtió en odio profundo, despresio sin más.

De todos sus empleados ella era la única que lo insultaba y le deseaba la muerte en frente de él y este no podía hacerle nada más que un par de golpes. Era una fortuna, si la llegara a matar saldría perdiendo él, Hwaxin aprovecho esa inmunidad.

Camino a la puerta de su habitación para salir y en el camino tropieza con la cadena del suelo, gruesa y pesada. Cuando recién llegó, Pekka la tuvo encadenada por un mes matandolo de hambre hasta que firmará el contrato.

Desecho los malos recuerdos y salio por fin de ahí. Un chico la intersepta, pelirrojo y tartamudo. Le molestaba oírlo.

—Sabes que me molesta tu voz, Doggie—le dice seria mientras este aclara su garganta.

—Pe-k-ka te qu-ie—trato de decir pero ella entendió y le pone la mano en la boca.

—Ya entendí—le dice fingiendo una sonrisa y este da la vuelta y se va.

Hwaxin camina hasta la oficina de Pekka, encontrándose con varios camaradas, aunque ella no los considere así. Entro sin tocar la puerta encontrándose con Pekka en su escritorio.
En sus días en el palacio esmeralda comenzó a odiar el verde, su tapiz y alfombra lo eran, tenía un impulso enorme de prenderle fuego al lugar con él adentro.

—¿Me buscabas? —le pregunto caminando a la ventana que dejaba ver al piso del casino. —Acabo de despertar...

—No me importa las siestas que tomes, ¿ya regresaron los cuervos de los lugares que te marque?—asintió la Serafini. —¿Como salió?

𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄 | Kaz Brekker ½✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora