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|𝐄𝐏𝐈𝐋𝐎𝐆𝐎|

𝐀𝐫𝐭𝐞𝐦𝐢𝐬
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¿Que harás cuando ella tome tu trono?
Suplicarle poder o tirarle un hueso,
Todo lo que ella ha cambiado por amor es tuyo...

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Dejé a Kuwei y a Nina en donde Kaz me dijo. ¿Recuerdas la casa de los colores en donde Adela trabajaba? Bueno, tengo muchos más secretos que solo ocultar a Irina.
De hecho ella me ayudó a asesinar a Madame, Adela ahora estaba a cargo y el lugar me pertenecía, claro que use un nombre falso.

Qing Brigga; mi difunta madre ahora era dueña de un cabaret. Era una fuente de información extra, los hombres borrachos son más comunicativos que sobrios... Pase ahí un par de días antes de volver a con Pekka.

Quería matarlo, si... Pero su muerte no es mía.

Algo que en difinitiva no extrañaba eran las pláticas largas de Doggie...

—Ya entendí que se me veo bien de pelirroja, Doggie... —le dice recargada en su hombro.

Pero tenía que darle crédito, ya no tartamudeaba tanto.

—¿P-Pekka no te a preguntado sobre lo de la J-j(...)?

—Pensé que te habías muerto cuando llegaste—dijo Pitch del otro lado de la barra, era un hombre raro y poco atractivo, pero er bueno para los golpes. —Cuando el señor Rollins llegó no dijo ni una palabra sobre ti...

—Creo que sabia que iba a volver—le respondió para volver a ponerle atención a Doggie pero este se acercó.

—¿Los fjerdanos se dieron cuenta que eres inútil?

—No me provoque, Pitch. Hablo en serio...

—No es para que te enojes, pajarito—le dice riéndose por su reacción. Hwaxin apretaba sus puños sobre la mesa. —Es solo que no entiendo que hay de especial en ti, una niñita albina...—su mano tocó su cabello y está la aparta con un golpe. —No es para que te enojes, leonsita de esmeralda...

—¡Si me vuelves a tocar y llamarme así, te quedas sin mano y sin lengua!

—No te atrevas, aquí solo eres una esclava.

—¿En serio quieres jugar a esto?—le pregunto furiosa. De su mano sacó una daga de hueso y se la puso en la garganta. —Soy la Serafini, Pitch, recuerdalo, valgo miles de millones de kruge en el mercado negro, literalmente son una fortuna viviente. Si tu sangre mancha esta alfombra, tal vez a mi me den un par de azotes en cambio si es mi sangre la que hace el desastre, tu amigo... —sonrió. —... acabarías en el mar siendo comida para los peces.

—¡Brigga!—le gritaron desde arriba, en donde quedaba la oficina de Pekka. —Deja de jugar, el jefe quiere verte.

—Nuestra discusión de quien le sirve más al anciano de arriba quedara para otro día, Pitch—Hwaxin le hizo una cortada en el cuello y camino con una sonrisa a la oficina...

—Es una amenaza, necesita un maldito exorcismo—dijo Pitch sobandose el cuello.

—Es Inc-creíble, ¿no c-crees?—dije Doggie sonriendo mientras veía a la Serafini irse.

.  .  .

Abrió la puerta sin tocarla.

—Debo tatuarte en la frente que debes tocar la puerta antes de entrar—le dijo fastidiado.

𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄 | Kaz Brekker ½✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora