𝕮𝖆𝖕. 14 |𝕻𝖆𝖗𝖊𝖒

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Hwaxin volteo para averiguar de donde venía ese ruido tan espantoso, seguía débil y casi se desmaya al ver esa intimidante máquina

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Hwaxin volteo para averiguar de donde venía ese ruido tan espantoso, seguía débil y casi se desmaya al ver esa intimidante máquina.

—Por mis ancestros—murmuró Hwaxin sin ocultar su sorpresa. Alguien les estaba haciendo señas desde su torrenta... Bueno, tal vez dos y al fin sonrió.

Por impulso giro para ver a Kaz, que aunque no lo iba a aceptar, lograba ver algo de brillo en su mirada. Sonreía.

—Santos, Kaz, realmente te vez feliz—comento Nina también notando la alegría de Brekker.

—No seas ridícula.

—Ganaste Kaz, no puedes negar que estas feliz por ello—le dijo Hwaxin mientras seguía sonriendo, no era por la Jurda, era por ella.

—Esa no es la única razón—solo dijo eso sin verla. Hwaxin desvío la mirada cuando Kuwei se puso a su lado apuntando al tanque.

—¿Debo asumir que los conocemos? —comento Kuwei.

—Tranquilo. Los conocemos.

La respuesta de Fjerda no tardó, eso le preocupo, pero conociendo a esos dos sabía que harían algo dramático.

—¿Oigan, que vamos a hacer ahora?—los otros estaban hablando mientras que Hwaxin veía atenta cómo Inej y Wylan gritaban que se quitaran del camino.

—Tenemos un tanque—dijo Nina.

—Tenemos uno—continuo Matthias—, pero, ellos tienes muchos más...

—Si, pero ¿sabes que no tienen?—preguntó Kaz mientras Jesper giraba el arma gigante del tanque. —Un puente.

Un extraño chillido emergió del tanque, entonces sonó una explosión violenta que les sacudió los huesos, Hwaxin no pudo mantenerse de pie y cayó al suelo helado. Si los fjerdanos querían seguirlos tendrían que aprender a volar.

—Tenemos un tanque y un foso—dijo Nina.

—¡Suban!—grito Wylan.

Sin pensarlo dos veces, se levantó tan rápido como su cuerpo se lo permitió subió aferrándose con todas sus fuerzas al tanque para cuando arrancó no caerse, para buena o mala suerte le tocó al lado de Kaz, que sólo la veía en ocasiones.

—Estoy bien—le dice Hwaxin sonriendole, ella sabía que Kaz la veía para revisar que estuviese en buenas condiciones.

—Vi lo que le hacía la Jurda Parem a los Grisha—contesto.

—Pero soy Serafini...

—Todos tienen una debilidad—sigue Kaz. —Puede que tu debilidad no sea el alcohol o el veneno común, ni siquiera la Jurda ordinaria...

—Nada de eso hace efecto en mi...

—La Jurda Parem lo hizo.

—Me siento perfecta, tal vez la casi ahogada de hace rato ayudo... Ya no me siento mal, ¿Como me veo?—le pregunto. Este inspeccionó cada centímetro de su cara, sonrió de lado.

𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄 | Kaz Brekker ½✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora