𝕮𝖆𝖕. 9| 𝖀𝖓𝖆 ú𝖑𝖙𝖎𝖒𝖆 𝖛𝖊𝖟

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Los otros tres tenían su mirada puesta en Hwaxin, era obvio no la conocían

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Los otros tres tenían su mirada puesta en Hwaxin, era obvio no la conocían. La chica sonrió y salido con la mano, por un momento se le olvidó su tatuaje de los Leones moneda y justo cuando lo recordó la bajó y la puso detrás de su espalda.

Jesper lo noto, pero no le dijo nada, Inej le dedicaba una mirada melancólica y con algo de pena.

Despues de unos minutos, Jesper se dedico a ayudarle a Inej a sacarse lo pedazos de hule que tenía en los pies. Le contó que cuando subió por la chimenea, está estaba en funcionamiento y caliente.

—No sabía que fuera un hacedor Jes— le dice Hwaxin viéndolo trabajar. La mortificadora estaba completamente imprecionante.

—Que no te escuche Kaz llamándome así porque es capas de aventarme a la fosa de hielo.

—¿Porque lo sé hasta ahora?—le reclama Nina.

—Hay muchas cosas que no saben de mi, mis bellas damas—dijo acabando el trabajo. —¿Vamos a hablar sobre lo que tienes en el brazo?

—No me gustaría volver a repetirlo—les confiesa Hwaxin tratando de sonreír. —¿Como es que llegaron aquí?

—Íbamos a cruzar, pero...—dijo Inej, se refería a sus pies.

—¿Quieres un poco de sangre Serafini?—le pregunto. —La última vez te ayudo.

—¿Segura?—le pregunta Inej viéndola atenta. Hwaxin asintió.

—¿Que harás?—tomó la palabra Nina. Hwaxin se sentía algo incomoda cuando la veían hacerlo, pero era mejor que se lo postrara a tener que explicarlo.

—Vez estos tendones de aquí—le indico con su índice a la parte de la muñeca en donde se veían dos pares de huesos. —Los Serafini podemos sacarlos...

La mortificadora vio como Hwaxin sacó el hueso de su cuerpo y lo uso para cortarse la primera capa de piel de sus dedos para hacerlos sangrar.
Paso sus dedos sangrantes por las plantas de los pies de Inej. Se quejo sólo un segundo para después dar un suspiro de alivio.

—¿Que paso?—dijo Nina.

—La sangre Serafini vale mucho por una razón—dijo Hwaxin. —¿Tienen un plan B?

—Algo se le ocurrirá... Es Kaz—dijo Jesper.

Nina vio a Hwaxin, al parecer ya la estaba reconociendo aunque ya no tenía el acento Shu y el cabello rojo.

—¿Porqué me mentiste en la Rosa Blanca?—le pregunto Nina en voz baja, tratando de que Kaz no la escuchara.

Kaz y Matthias estaban en el borde del rejado viendo como pasar.

—¿Se conocen?—pregunto jesper. Hwaxin ladeo la cabeza.

—Fui a la Rosa Blanca por un cambio de imagen—confiesa Hwaxin. —Tenía que hacer algo importante.

—Oigan, Después de este percance con el código amarillo, ¿que vamos a hacer?—pregunto un chico extraño joven. —Soy Wylan, por cierto...—extendio la mano como saludo y Hwaxin acepto.

—Hwaxin—se presentó sonriendole. —Eres el hijo de Van Eck, ¿Verdad?

Esto sorprendió no sólo a Wylan, también a los otrostres que estaban ahí.

—¿Como sabes eso?—le pregunto sonriendo nervioso soltandole la mano.

—Un cuervo me lo dijo—confesó.

—Bueno eso sí es raro...—solto Wylan.

Hwaxin debio la mirada de Inej, ella entendió lo que quizo decir.

—Tengo que cuidar más a que cuervos estoy alimentando—comento al aire, pero era para que Hwaxin la escuchara.

—Hwaxin—la Serafini se estremeció al escuchar de nuevo su nombre con la voz de Kaz. Volteo y con la mirada la hizo ir hacia él. Todavía lo entendía.

—¿Qué pasa?

—Busca una ruta segura—le pidió.

Hwaxin sólo lo ve y después suelta a un par de sus cuervos negros. Eso sorprendió a Kaz.

—¿Ahora son normales?—comento mientra ve a los cuervos volar por encima de la isla Blanca.

—Los blancos llamaban mucho la atención—mintio mientras cerraba los ojos para concentrarse en la vista.

— ¿Que hace una criatura tan sagrada entre ladrones?—pregunto el rubio que respondía el nombre de Matthias.

—Mala suerte...

—Concéntrate—escucho a Kaz.

—Están añadiendo otro punto de control—pronunció Hwaxin.

—¿Donde?—pregunto Kaz.

—Van a volver a examinar la identificación de todos antes de que permitan acceso de la gente al puente de cristal—explico abriendo los ojos. Titiritero los dientes al sentir el aire frio.

—Has que regresen los cuervos antes de que te congeles—le dijo Kaz. Esta asintió haciendo que volviera.

—Que caballeroso.

—Debe ser por el código amarillo—dijo Matthias.

Ahí iba su última gota de suerte.
Hwaxin recibió a sus cuervos y camino hacia el grupo. Al parecer Inej tenía una idea, aunque fuera una idea peligrosa.

𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄 | Kaz Brekker ½✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora