𝕮𝖆𝖕 11. |𝕵𝖚𝖗𝖉𝖆

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Hwaxin saltó a la fosa de hielo, pero en medio camino se dividió transformándose en miles de cuervos que trataban de ser lo más silenciosos posibles

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Hwaxin saltó a la fosa de hielo, pero en medio camino se dividió transformándose en miles de cuervos que trataban de ser lo más silenciosos posibles.

Los vería en la Isla Blanca. Justo ese día recordó algo que creía que había olvidado, los fjerdanos no eran los únicos que celebraban algo ese día...

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Los niños Serafini se juntaron en la esquina de la trinchera para tomar pluma y papel.
Al menos respetaban algunas de sus festividades, ese día se celebraba el equinoccio de primavera y los Serafini costumbraban a hacer una carta con sus deseos y sueños, después le prendían fuego.

El humo lo inalaban y lo atraían a su cuerpo mientras que las cenizas las esparcian en sus brazos y daban el abrazo de la suerte para tener dicha todo el año.

Todos los años ponían lo mismo, ser libres. Lo escribían muchas veces hasta llenar la página. Aunque algunos adultos pedían cosas distintas como salud para sus hijos y familia.

Hwaxin daba saltitos desesperada por llegar a donde estaba el Grisha de kefta roja para darle su papel y pluma para proceder a escribir.
Ella entre todos los niños era la única que no pedía libertad, ya que eso era lo que sus padres les pedían que pusieran, su madre la alentaba a pedir lo que ella quisiera.

Cuando por fin llegó tomo su papel y pluma y se sentó en los escritorios de madera que habían puesto para esa labor. Había pequeñas copitas de tinta para escribir. Hwaxin metió la punta de su pluma en la tinta y procedió a escribir...

— ¿Vas a pedir un unicornio ahora Brigga?—le pregunto un niño mayor que ella con su carta lista.

— Pediré que los mortificadores te rompan las cuerdas vocales para que dejes de molestar a todos—le contesta, los demás niños Serafini se burlaron de él. El mortificador que estaba repartiendo las hojas de papel pidió silencio y todos obedecieron.

—No pedirás libertad este año, ¿Verdad?—le pregunto el que estaba a un lado de ella. Li le sonríe.

—Nunca lo hago—no lo vio estaba concentrada en no equivocarse en lo que escribiría.

Terminó de escribir y vio a Li que tenía su hoja en blanco.

— ¿No pedirás nada?

— ¿Que pediste tu?

— Es embarazoso— le dice seguida de una risita ve la hoja y sonríe algo melancólica. —Mamá ayer me contó una historia de amor hermosa...

Le enseña el papel donde estaba su deseo. Todos escribían en el idioma natal de su raza para que los Grisha no supieran lo que sus cartas decian.
No importaba cuanto trataran de aprender su idioma los Serafini tenían un idioma muy difícil, ni siquiera los Shu podían traducirlo.

— ¿Por eso escribiste en tu deseo que el destino te trajera al amor de tu vida?— le pregunto riéndose.

— ¡No te burles de mi!—le grita en Serafini, un sonido muy raro que despistó al Grisha de la entrada.

— Es que hasta lo describiste—dice Li. —Alto, guapo, misterioso... ¿Tu mamá describió al caballero de su historia así?

— ¡Dámelo ya!

De pronto alguien más le quita la hoja de deseos de Hwaxin a Li de las manos. El chico sonreía con calidez.

— Deja de perturbar los deseos de la niña Li...—dive Nie leyendo el deseo de Hwaxin. — Rezaré por tu deseo Xin. — Extendiendo su mano para darle el deseo a su dueña.

— Es que es ridículo, ¿para que quiere un homb-? ¡AH!

Nie le había dado un golpe fuerte en la frente que lo hizo llevar su mano a esta para consolar el dolor.

— Tiene 8 años, ella puede poner lo que quiera, es su deseo no el tuyo—lo regaña para después despedirse e irse.

Hwaxin agradece el gesto y ve con ojos brillosos su deseo.

— Creo que si es algo tonto—murmura. Escucha a Li escribir en su hoja y después se la extiende a ella para que la lea.

— No es tonto desear un poquito de amor—le dice Li.

"Deseo que Hwaxin Brigga encuentre al amor de su vida, y que esa persona le dé la libertad que merece"

Hwaxin sonrió agradecida. Después de eso siguieron con el ritual habitual, deseando se buenos deseos para el resto del año.

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Hwaxin estaba esperando a Matthias y a Kaz cuando vio a un trío de guardias yendo hacia ella. Gritaron algo en fjerdano que no entendió. No iba a poder dividirse o hecharia a perder la modificación de ojos que Nina le había hecho antes para que al menos no lograrán reconocerla tan rápido.

Por suerte, los dos que estaba esperando ya estaban llegando.

Matthias les grito algo en fjerdano que ella no entendió pero los guardias intercambiaron miradas, fue en ese momento de vacilación cuando ambos aprovecharon para atacarlos, Matthias tomó el rifle del primer soldado y lo golpeó noqudandolo.

Kaz se encargo el otro y Hwaxin sin más remedio tomo el rifle del tercero. Aunque la alcanzó a golpear en la mejilla esta logro clavarle una aguja de hueso salida de su mismo ligamento de cuando le explico a Nina como funcionaba su técnica.

La clavo en un punto estratégico, no causaría daño pero tampoco estaría despierto en un buen rato.

Vio al Drüskelle caer mientras comenzaba a sentirse algo mareada. Separó los dientes dándose cuenta del sabor que reinaba su boca...podia sentir la Jurda bailar en su lengua junto con otras cosas que no conocía, trago saliva y fue cuando se dio cuenta que la pildora de Jurda parem se había roto y se la había tragado.

El golpe que le dio el Drüskelle había roto la pildora.

Trato de mantenerse quieta, su vista se nubló, sabía que la Jurda parem no estaba hecha para Serafini, esa reacción no era normal según lo que sabía de las concecuencias.

Sonrió cuando sintió un cosquilleo en las orejas y su carganta, apretó lo ojos y una voz la trajo de nuevo a la realidad.

—Hwaxin tu ojos, tienes la pupila dilatada—le dijo Kaz en frente de ella. Está borro su sonrisa de su cara fingiendo estar bien.

Asintió. —Si.

Podía sentir el calcio de los huesos de Kaz como un imán, también los de Matthias atrás de ella. Kaz le ordenó cambiarse, ponerse el uniforme Drüskelle, tenían que alcanzar a Nina y a Inej.

Tienes que resistirte, no puedes hechar a perder este trabajo por tu estupidez se decía mientras desvestir a su Drüskelle, había una fiesta a la que planeaba asistir

𝐏𝐑𝐈𝐂𝐄 | Kaz Brekker ½✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora