017.

267 37 16
                                    

Miró su teléfono mientras caminaba para salir de la gran casa. Diecisiete de junio.
Irónico, ¿No?

Escuchó el llamado de la castaña hacia él, acelerando su paso con una sonrisa temblorosa. Le emocionaba, claro estaba, pero aún así había una pequeña parte de él que esperaba lo peor.

No le pondría feliz que su pareja o ex pareja se presentara en la puerta de su casa con un ‘volví’, al menos no a él.

Tampoco es como si lo hubieran dejado en los mejores términos, solo fue un adiós. Aún recuerda como el rubio simplemente le dijo un ‘por favor’ y al ver que se negó, no le insistió más.

Era un manojo de nervios completo.

Se sentó en el asiento trasero jugueteando con sus dedos. Había tantas posibilidades de cómo reaccionaría Dream que a todas ya les disgustaban.

Tomó un suspiro, mirando a la chica a su lado aún tecleando algunas cosas. Ella ya había renunciado, solo que se le pidió ese último viaje.

Ahora lo que tenía que ver, como renunciaría él.

Incluso, se sentía mal de dudar.

En su cabeza existía la imagen perfecta del de ojos verdes. Y si, fuera recibido con un rotundo no, esa imagen se caería al suelo.

Eso era lo que más le preocupaba.

Quería estar enamorado de la persona, no de la imagen en su cabeza.

「 ♡ 」

- Willow, ayuda.

La chica rió mientras veía a su amigo ya en la puerta de salida del aeropuerto. Ese que lo vió salir de dónde era feliz, y ahora, estaba regresando.

- ¿Quieres que te enseñe a caminar por Londres, amigo? - recalcando el lugar, recordando que ya estaba pisando tierras del Reino Unido.

- ¿Qué tenemos que hacer primero? - preguntó, dejando de lado la pregunta que le hizo la castaña.

Habían decidido que primero harían por lo que venían: trabajo.

Luego, harían todo lo que quisieran hacer, pues primero debían de tener ya algo listo en cualquier incidente.

La chica conseguiría un hotel y luego un departamento, aunque todo eso pasaría si él conseguía presentar su renuncia.

Y eso tal vez sería un problema.

- Tenemos que dirigirnos a las oficinas, tienes que firmar algo que... No leí, pero tienes que firmarlo.

- Si termino en la cárcel va a ser tu culpa, Wil - arrastró su pequeña maleta de un color guinda y salió por la puerta.

Realmente, no parecían personas que iban de visita. Su maleta era tan pequeña que lo menos que pensabas era que había llegado desde Texas. Literalmente, del otro lado del mundo.

Sintió el frío aire y sonrió por ello, quitó los mechones de cabello de su rostro con una mueca y vió a la castaña con el mismo problema, haciéndole reír.

- ¿Crees que estará feliz por verme? - preguntó con impaciencia. La pregunta que le estaba carcomiendo todo este tiempo, necesitaba soltarla.

- Lo estará mucho, George.

Y eso esperaba.

No es como si estuviera seguro, sabía que el rubio tenía la tendencia de ser bastante impulsivo.

19 of June | dreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora