Capitulo 15

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Capitulo 15

Todo se sentía tan irreal. El sol, el sonido de las personas hablando, riendo, amando, viviendo. A mí alrededor flotaban todas estas nuevas sensaciones mientras solo observaba. Aguardando. La Universidad había apartado un tramo de sus áreas verdes para un compartir y la realidad actual era tan diferente de la que había tenido que vivir.

Y entonces la vi. Charlotte.

Mis entrañas corcovearon en mi interior y mi primer impulso fue salir corriendo a donde estaba pero cuando di un paso a su encuentro ella se volvió dejando al descubierto que venía cargando un pequeño niño, me lleve una mano al corazón.

—Oh por Dios —susurre escondiéndome tras el enorme abetoa mi izquierda, tuve que agarrarlo con fuerza para no caerme. "¿Sería posible...?" Nosotros habiamos sido cuidadosos, fui muy cuidadoso por su salud mental... pero... era practicamente imposible que fuera nuestro. Pero el pequeño lucia un mohawk y tenia el cabello oscuro como el ebano. A no ser....

Aleje ese pensamiento sabiendo que detras de él resguardaba la verdad, y yo inconsientemente la sabía con certeza. Reuní fuerzas para volverme a asomar por el rabillo del árbol y vi que estaba con ese irritante largartijo largirucho de Joseph.

Mi corazón se encojio cuando pense en la posibilidad de que el niño fuera de ambos, "¿y si ella me había olvidado?" Ella había podido continuar sin Yago y ellos estaban vinculados. "¿Y si había podido continuar sin mí?..." Mi corazón se ardio tan febrilmente que tuve que hacer un ovillo de mí. Comencé a hiperventilar y cuando alce la mirada vi que caía de dolor y asumía posición fetal, Charlotte coloco al niño con dificultad en el suelo y Joseph corri{o a auxiliarla.

Pese a mi egoismo suspire aliviado, si ella se afectaba por un dolor mio era mas que obvio que nuestra vinculación estaba latente. Y el niño... más que claro había quedado quien era el padre del niño. Me había dejado llevar por los sentimientos que baje la guardia con el bloqueo empático, pero no podía correr, no quería, quitarle la vista de encima.

Mientras Joseph la ayudaba a ponerse de pie, Braulio, que estaba en manos de él, comenzó a inquietarse al punto en que casi muerde al tipo. ¡Maldición! Seguramente ya habría detectado mi olor. Pero aun no era el momento. Sacudiendo la quemazón lejos comencé a correr fuera del lugar. "Braulio nunca correría más rápido que yo".

Cinco minutos despues me refugieen un pasillo entre dos edificios de una facultad, me eche contra una pared y posando mis manos en mis muslos resople buscando aire. Cuando mis pulsaciones bajaron apoye la cabeza contra la pared, y me hizo bien, fría penetro en mi cabeza relajándome. Ya la había localizado, solo quedaba reencontrarme con ella de forma digna.

Un ladrido me saco de mi ensueño. Braulio jadeando, cabreado como el infierno, su mirada estaba diciéndome: <<—¡Hey amigo! ¿Por qué mierda saliste corriendo?>>

—No lo dejarías así —dije sonriendo—. ¿Verdad?

El perro suavizo su expresión y se acerco a mí brindándome el consuelo que necesitaba, acaricie su lomo antes de estrecharlo contra mí.

—Te extrañe tanto —dije y de nuevo las lagrimas comenzaron a brotar —. Escucha perrito —susurre limpiandome las cara—. No puedo ir con Uds ahora pero te prometo verlos esta noche ¿si?

Braulio movió las orejas.

—No queda mucho tiempo —agregue—. Ve con ella.

Braulio lamio mi cara antes de correr en dirección opuesta. Le vi alejarse con el corazón hecho pedazos, pero sabía bien que Braulio cuidaría de ella y a ese pequeño. Cerrando los ojos me despedí de ellos mientras me desmaterializaba lejos de allí.

El Secreto del Vínculo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora