Me quejo cuando el timbre del móvil me despierta, con toda la flojera del mundo me estiro para poder mandar al rayo a quien sea que me moleste. Solo espero que no sea Anderson ni nadie de mi familia, ya estoy aburrida de ellos.
Al ver la pantalla veo el nombre de Nini, doy un largo suspiro y lo respondo, no me queda de otra, a ella no la ignoro.
—¿Qué sucede cariño?— escucho sus resoplidos.
—No puedo hacerlo, Jadebeth. No puedo hacer esto sola— su desesperación me hace sonreír.
—Confío plenamente en ti, yo sé que tú lo harás bien. Yo te lo enseñé todo, ¿Lo olvidas?
—No, tú no me entiendes. Prometiste estar ahí para mí y ahora me dices que no puedes ir, yo no quiero hacer esto sin ti... Y papá no me quiere dejar ir— su sollozo me descoloca.
—Ese...— gruño molesta por Anderson —la competencia es en unas horas, iré por ti. Dile a Julián que arregle las motos, seré yo quien conduzca la camioneta— cuando sorbe sus mocos río un poco.
—¿Cuándo volverás a casa?— pregunta como una niña pequeña —no es igual hablar esos treinta segundos cada hora. Te extraño mucho y papá está como loco, ha destrozado la habitación y me dio miedo, jamás lo había visto así— muerdo mi labio inferior por unos segundos visualizando la imagen de Anderson vuelto loco por no saber dónde estoy.
—Tranquila, se le pasará. No puedo volver cariño, pero siempre que pueda te llamaré...
—No— me interrumpe —no quiero más llamadas cortas, quiero verte Jadebeth... me han estado pasando cosas y te quiero aquí. No seas como las demás, no me abandones por favor... no sé lo que hizo papá, pero él está dispuesto a encontrarte... a hacer que regreses y ya tengo ganas de decirle que hablo contigo— se nota que está llorando desconsolada aunque lo disimule.
—No, no le digas nada, ¿De acuerdo? Hoy después de la competencia iremos a divertirnos, ¿Vale? En un par de horas llegaré a la mansión, que todo esté listo— me despido de ella y cuelgo la llamada, sin pensarlo estrello el móvil contra la pared después de sacar el chip. He tardado mas de lo habitual y eso no es bueno.
He estado desaparecida por días y Anderson no se da por vencido. Tal parece que ha llamado a mi familia y ahora ellos se suman a mi búsqueda con sus tantas llamadas y mensajes.
No ha sido nada fácil estar lejos de Anderson, no ha sido fácil saber que incluso mi familia me contacta para intentar hablar conmigo, pero me satisface que el idiota por el que di y dejé todo sepa que no es un juego.
Salgo de la habilidad y voy directo a la sala con pasos lentos. Laura y Elianis me miran a la par que sonríen, mi aspecto es espantoso.
—¿Cuándo te vas a recuperar tía? Pareces drogadicta en abstinencia— suelta Laura cómo siempre de imprudente.
—Ya estoy mejorando— me echo en el sofá —debo ir por Nini. Anderson no la deja salir— resoplo.
—Ese hombre es muy inteligente— Elianis enarca una ceja —sabe que tú irás por ella— sonrío, quizás no lo conozca del todo, pero sé quién es.
—Y voy preparada para ello, ustedes irán conmigo— ambas me miran perplejas y más Laura quien ahora mismo no es su persona favorita por distraerlo para que yo escapara.
—Olvídame— se levanta —yo no voy a la cueva del oso ni loca, ¿Sabes cómo se puso ese tipo cuando se dio cuenta de que tú te habías escapado?
—Pero has dicho que hasta lo ayudaste a buscar— carcajeo.
—Menuda cínica estuve hecha yo. Ese hombre se quería volver loco y con solo una llamada ya medio mundo te estaba buscando— no paro de reír.
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Domando a Mr. Berrycloth
RomanceSoy una chica de 22 años, recién graduada de la universidad. Estudié economía pero mi pasión es el diseño de interiores. La suerte sonrió de mi lado y encontré un trabajo como diseñadora en una empresa que realmente desconozco, solo sé que debo arr...