capítulo 29

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Al mirarlo su impresión en su rostro es única. Jamás pensó que sacaría su secreto a la luz.

-Jadebeth- susurra ante el cuchicheo de las personas.

-No puedo seguir teniendo compasión con alguien que no la ha tenido conmigo. Me dañaste y está bien, gracias a ti me fijé en el hombre que ahora me hace muy feliz, gracias a ti aprendí un poco más, gracias a ti sé diferenciar el amor, de un simple cariño- sonrío -se libre Luis, ser gay no está mal- lo veo negar una y otra vez.

-Estaba nervios, ese día yo solo estaba nervioso y por eso lo hice... Jadebeth, no me de...- lo siguiente que sale de su boca es un quejido y un diente volando. Alzo la mirada y Anderson lo mira con odio.

-Hora de irnos- me toma de la mano y salimos del antro con todos siguiéndonos.

-Estuvo buenísima esa- mi hermano lo felicita al igual que papá y Tony.

-¿Están locos?- los miro dolida -lo ha lastimado, le has hecho daño- miro a Anderson -¿por qué la falta de empatía? Él está asustado, dije su secreto delante de muchas personas... oh Dios, me siento terrible- me llevo la mano a la frente, pensé que no podía irme con eso dentro, pero ahora que lo saqué me siento muy mal.

-Es lo malo tuyo, te hacen daño y das demasiadas oportunidades, ¿Debo recordarte lo que te propuso?- gruñe Angélica.

-Ella tiene razón- Anderson vuelve su voz más gruesa -¿cómo puedes sentirte mal con ese miserable?- le miro con disgusto.

-Porque soy humana, tengo sentimientos y no puedo ver sufrir a nadie. Con lo que le dije era suficiente, y no hables de dar oportunidades porque sabes que no estaríamos juntos de no ser así como soy- mamá tira de mí y me mira a los ojos.

-Ya cálmate cariño, no puedes negar que se lo merecía. Tú no te sientes mal por decir lo que dijiste, estás bien y es extraño porque finalmente lo has sacado. No puedes olvidar que reprimiste mucho ese dolor- besa mi frente -ahora ve y sé feliz con tu nueva vida, jamás nos olvides y debes venir a visitarnos- sonriendo la abrazo.

-Espero que ustedes también vayan a visitarnos- miro a Anderson -la casa es grande y pueden quedarse cuánto plazcan- mamá se aparta de mí y cuando lo va a abrazar, la aparto.

-Yo quiero abrazarte más- la abrazo para disimular, no quiero que Anderson se quite y la haga sentir mal -te voy a extrañar mami- mamá acaricia mi pelo y me besa cuántas veces puede.

-Y yo te voy a extrañar a ti cielo- cuando me deja libre abrazo a mi padre.

-Pórtate bien, y por favor, no vayas a Alemania siempre que quieras saber de mí- bromeo, él es capaz de hacerlo.

-No prometo nada- riendo abrazo a mi hermano.

-Oh... te voy a extrañar adoptado... busca trabajo y haz algo bueno con tu vida...- abrazo a mi amiga -cuida de ese idiota y hazlo cambiar- miro a mis amigos y también los abrazo -los voy a extrañar muchísimo, pórtense bien- miro a Tony y el muy idiota se va y monta a su auto y se larga dejándome descuadrada.

-Vamos pequeña, el vuelo sale pronto- despidiéndome por última vez, los miró con lágrimas en los ojos, pero ya no lo retraso más, monto al auto con Anderson.

Los nervios por saber que tendré una vida nueva, en un país del que no sé nada y del que no sé su idioma, me va a volver loca.

-¿Estoy haciéndolo bien verdad?- lo miro -¿tú harás valer este esfuerzo cierto?- mi hombre acaricia mi pierna y asiente.

-Prometo que haré lo imposible para que seas feliz, y si las cosas se complican, y es demasiado para ti, prometo darte tu espacio y aceptar lo que decidas- me mira con el rabillo del ojo -¿A quién engaño? No dejaré que te alejes nunca, jamás te perderé- sonriendo beso su mejilla.

Domando a Mr. BerryclothDonde viven las historias. Descúbrelo ahora