los mellizos Díaz llegan a los Ángeles California exactamente a Reseda ya que no contaban con el dinero suficiente para vivir en las colinas.
encontraron junto a su madre y su yaya unos pequeños departamentos allí. Un día cuando ambos hermanos salie...
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pudrete, berth– dijo aisha riendo mientras salía del Dojo.
Una bocina llamó la atención de aisha y sofia, al voltear estaba Sam sonriente.
–hola, ¿que haces aquí?– pregunto Aisha –¿ya lo pensaste y te uniras a los cobras?–
–si, claro– dijo Sam riendo sarcástica –vine a invitarlas hacer algo, podríamos ir a caminar o al club de playa– dijo Sam.
–¿club de playa?– pregunto sofia –ustedes son tan refinadas–
Sam río negando.
–me encantaría, pero iremos a la casa de Halcón a ver una película "El vencedor"– explicó aisha.
–de hecho yo no iré, no pienso ir a la casa de Eli, luego veo la película cuando llege a mi casa– explicó sofia al ver que Eli y Miguel salían del dojo.
Sofia suspiro al ver a Eli por lo que volteo donde Sam.
–de hecho, quería que pasáramos tiempo las tres– dijo Sam apenada.
–chicas, podrían venir y hablan con ellos quizás resuelvan las cosas– dijo aisha.
–¿hablar? Me engaño frente mis ojos, no sabes como se siente eso– respondió acidamente sofia.
–bueno. Lo siento– se disculpo aisha y se fue.
–¿vamos?– pregunto Sam a sofia.
Esta asintió y se subió al auto.
Sam y sofia estaban peleando en el dojo de la casa de esta, sofia esquivaba los golpes y atacaba mientras Sam retrocedía, sofia dio una vuelta dejando a Sam de espaldas en su pecho para derribarla, pero Sam golpeó el pie de la morena cayendo ambas al suelo.
–nada mal– se escucho la voz de Daniel –cuando estas atrapado de esa forma, es mejor arriesgarse y raspillarse un poco antes que acaben contigo– explicó este.
–hola papá– saludo Sam.
–señor LaRusso– saludo sofia sentándose en el piso.
–no sabía que aun venias aquí sam– dijo Daniel.
–estábamos practicando– respondió la ojiazul.
–necesitábamos distraernos– murmuro sofia.
–estuve ocupado con el dojo, se que no hemos podido hablar de Miguel y tu– dijo mirando a su hija.
Sofia hizo una mueca.
–no quiero hablar de eso– murmuro Sam.
–sofia, ven– dijo el señor LaRusso palmeando a su lado.
