los mellizos Díaz llegan a los Ángeles California exactamente a Reseda ya que no contaban con el dinero suficiente para vivir en las colinas.
encontraron junto a su madre y su yaya unos pequeños departamentos allí. Un día cuando ambos hermanos salie...
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Miguel y Sofia estaban recostados en el sillón con bolsas de hielo en las costillas y rostro, la paliza que ayer kayler y sus amigos se fue de las manos dejando casi inconscientes a los mellizos, si no fuera por el Sensei lawrence quizás no los unieran encontrado hasta el día siguiente.
–tomen, esto calmara el dolor– dijo carmen entregándole a sus hijos unos vasos con algún líquido.
–gracias mamá– dijeron al mismo tiempo.
–chicos, ¿por qué no me dicen quien fue?– pregunto rogando carmen a los mellizos –llamare a la escuela pueden protegerlos–
–empeorará las cosas– susurro Sofia.
–¿más que esto?– pregunto carmen.
–si. Si tuvieramos más clases, quizás...– hablo Miguel.
–NO– interrumpió la madre de estos.
–no es culpa del Sensei lawrence. No estábamos listos– dijo sofia poniéndose de pie.
–no. No más karate– ordenó carmen.
–carmen ¿cuál es el problema aquí? Los chicos encontraron algo que les gusta hacer– hablo su abuela.
–gracias– dijeron los mellizos.
–míralos como estan– reprocho carmen
–los puedo ver, lo que necesitan es practicar ¿verdad? Arriba las manos, protege la cabeza– comento la abuela.
–Mamá ese hombre es una mala influencia–
–no. No lo conoces– dijo sofia tirando la bolsa de hielos al sillón.
–es un fracasado– dijo está mirando a si hija.
–no es un fracasado. Si lo conocieras, verías que es un gran hombre– alego Miguel.
Los mellizos salieron del departamento a ver si podían toparse con Johnny.
–Sensei, nuestra mamá dice que no podemos entrenar, pero si fuéramos al Dojo antes...– comento Miguel al ver que Johnny salio.
–no entienden nada, no hay Dojo. Lo voy a cerrar, se acabo– dijo Johnny mirando a los hermanos.
–¿y que hay de nosotros? Lo necesitamos– dijo sofia con la voz temblorosa.
–lo siento sofia, debo irme– dijo el mayor retirándose.
Sofia suspiro y camino junto a Miguel a la escuela.
Al llegar vio que molestaban a aisha por lo que decidió acercarse.
–hola– saludo esta.
Aisha levanto su cabeza y sonrio, ambas caminaron por las escaleras escuchando burlas de las demás personas.
