los mellizos Díaz llegan a los Ángeles California exactamente a Reseda ya que no contaban con el dinero suficiente para vivir en las colinas.
encontraron junto a su madre y su yaya unos pequeños departamentos allí. Un día cuando ambos hermanos salie...
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Solo pasaron unas horas desde que sofia desperto de su profunda sienta, en su mente retumbaba el nombre de ese tal robby, no puede evitar sentir ese horrendo dolor de estomago cada vez que recordaba el sueño que tuvo.
carmen llego con una caja grande, se sento a los pies de la cama dejando la caja a un lado.
-cariño, te traje esto. es tu caja de recuerdos, pense que al verla puede ayudar a tu memoria a recordar- hablo con una sonrisa de esperanza.
sofia asintio.
-esta bien. luego la veo- dijo sofia tomando una liga para su cabello amarrandolo.
una enfermera llego.
-señora diaz- dijo llamando la atencion de esta.
carmen la miro esperando que hablara.
-el doctor la necesita-
carmen salio no sin antes besar la frente de sofia.
la caja se volvia cada vez mas tentadora, esta se intento parar apoyandose en la mesita al lado de la camilla, solto un jadeo de dolor quiso avanzar cuando casi se vino al suelo.
unos brazos las estaban sujetando fuertemente impidiendo que se cayera.
Al levantar su vista se encontró con un rostro masculino, moreno con unos pequeños lunares en su mejilla, era alto. Muy alto y fuerte en opinon de sofia.
–lo lamento, solo quería levantarme pero es inutil– dijo sofia rompiendo en llanto.
El chico la miró asutado casi entrando en pánico.
–sofia, mírame– dijo atrapando delicadamente el rostro de sofia en sus manos.
Sofia empezó a respirar agitada.
–no puedo–
–sofia, tranquila por favor– soltó el chico con la voz quebrada –respira–
Sofia empezó a regular su respiración y no sabe porque pero se aferro a los brazos del chico.
–estarás bien– dijo este abrazandola.
Una vez que sofia estuvo más tranquila, el chico la ayudó acostarse en la camilla y decidió acercar la caja hasta su regazo.
–gracias– dijo sofia con una pequeña sonrisa.
El moreno le sonrió tiernamente mientras jugaba con sus manos.
–sofia escu...– dijo antes de ser interrumpido –ouch– se quejo fuertemente mientas se tocaba la cabeza.
Jazz estaba de pie con sus brazos cruzados y su cara de un color rojo.
