Capítulo 04

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GRANDES LIGAS

Addison

Terminar la secundaria seis meses antes me dejó mucho tiempo libre, el cual ocupo de las mejores maneras, no desaprovecho segundo alguno. Cada individuo de nuestras familias dedica un año completo al entrenamiento y estudio de los campos necesarios para sobrevivir al mundo criminal. Como yo no quería dedicarle un año a eso, me prepare para terminar la secundaria antes de tiempo y claramente lo logre.

En nuestras familias hay tres cosas fundamentales para formar parte del negocio, la primera es el entrenamiento militar. No somos militares pero se nos impone esa condición si decidimos que queremos participar, ninguno se queda fuera, todos adquirieron esas capacidades y al ser la más pequeña soy la última.

Pase cuatro de los meses anteriores siendo preparada por Cameron en una de las centrales de entrenamiento de la milicia. Fue duro, yo no practicaba lo que los otros, sino el triple, se me exigían jornadas eternas con descansos mínimos y logros que sobrepasaron los de los mismos militares.

No era suficiente con pasar lo mínimo, tenía que ser la mejor, no había otra opción y no me quejo, yo creo lo mismo, soy la mejor o no soy.

Con la perseverancia lo obtuve en tiempo record, pase días sin comer, noches sin dormir pero yo no me tardaría más de seis meses en completar el entrenamiento.

Pase las pistas de obstáculos en días de calor, noches de lluvia, con la ropa más incómoda, pantalones y buzos en el calor mientras que para el frío y la lluvia llevaba ajustados vestidos de cóctel. Los recorridos exigen correr, trepar, arrastrarse por el suelo, colgarse de sogas, mantener el equilibrio y todo en un tiempo que a mí me obligaban a superar.

Como tuve que ir con los Russell no llegué a terminar, por lo que en vez de ser seis meses fueron cinco, en los que igualmente logré más que cualquier otra persona en dos años por casi morir en el intento. Me expuse a una exigencia física peligrosa, mi familia se preocupó, ellos creen que hay tiempo, que podría hacerlo tranquila mientras que para mí el tiempo es oro.

Por las noches me tocaba estudiar, el segundo punto fundamental.

Analicé movimientos criminales, aprendí las composiciones de drogas y el porqué de cómo estas afectan a los individuos, hasta los tipos de armas y cómo estas funcionan, entre muchos otros factores y temas. Eso lo hacía por obligación y ahora lo hago por puro gusto, es fantástico como las sustancias alteran y hasta manejan a las personas más allá de que ellos se opongan, son incapaces de luchar contra algo tan destructivo e indefenso a simple vista.

Sigue siendo duro, no voy a negarlo pero incluso antes de pasar por la milicia yo ya acostumbraba a las torturosas jornadas de horas de ejercicios por haber pasado días haciéndolo desde que tengo uso de razón o incluso antes.

Cuando se estudia danza clásica de manera profesional, tal como se exige en todos los deportes que se practicaban en mi escuela, uno se habitúa al dolor muscular, cansancio físico. A las bailarinas se les suman otros factores sumamente cruciales para el deporte, la memorización de los pasos y la elegancia y delicadeza en cada movimiento, teniendo que encima mostrar que su trabajo es fácil.

—Continúa con la tarea de desatarse, aún no lo logra en el tiempo determinado. —habla Cameron a través del teléfono.

Soy incapaz de escuchar la voz que se encuentra del otro lado, cada vez que entrenamos se la pasa en llamada con una persona que le indica que debe hacer conmigo, también fue así en los meses anteriores. No tengo idea de quién es, siempre que intento averiguarlo se aleja, corta, bloquea el celular o me impone un castigo, de los cuales he tenido muchos y sé que no quiero más.

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