Capítulo 05

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SHOTS

Jaden

Es tan entretenido como complicado volver luego de tanto tiempo, me gusta la idea de manejar a todos con la información que decido darles. El triunfo en la pelea fue de lo más básico que puedo hacer, de hecho no matarlo fue lo más difícil.

Vivir en Las Vegas es arriesgado pero enfrentarte a alguien donde yo pase todo este tiempo es jugarte la vida, allí las cosas son muy diferentes. Cuando uno cree saberlo todo no tiene en cuenta ese lugar y las personas que lo habitan, una isla en donde para sobrevivir necesitas habilidades porque te adaptas o te adaptas.

Aprendí todo lo necesario y más, lo mismo que se enseña a nuestras familias yo lo tuve allí solo que de una manera más extrema y casi mortal. Cada entrenamiento simulado, en la isla era real, un completo calvario porque no hay mejor manera para saber sobre algo que haberlo experimentado.

Desde el día que llegué quería volver, no sabía si eso sucedería alguna vez y de hecho las posibilidades eran mínimas, es más, hay personas a las que llevaron y jamás volvieron.

Con el esfuerzo que hice para adquirir esos conocimientos que se me imponían de la manera más rápida posible y lo que sucedió, las circunstancias se dieron, volví.

Y aquí estamos, en la segunda planta de un distinguido club al cual solo se puede acceder con reserva. El ambiente es tranquilo y oscuro, iluminado con pocas luces, lo que ofrece gran privacidad y me encanta.

Me encanta casi tanto como su cuerpo, verla en ese vestido con falda extremadamente corta me está matando y dando lugar a la fantasía de follarla en un lugar público donde todos puedan escucharla gemir de placer.

—Que generoso fuiste con la apuesta del McLaren, esta nuevo.

—Lo conseguí hace unos años y no lo usaba.

—¿Qué pasa Jaden?¿Por qué tan seco?¿Tienes miedo de lo que pueda provocar en ti? —pregunta curiosa.

No le respondo, causando que se recueste frustrada sobre el sillón de color oscuro como si le molestara toda esta situación y verla enojada me da aun mas ganas de subirle la falda y enterrarsela en una sola embestida.

El camarero se acerca e interrumpe mis eróticos pensamientos.

—Buenas noches ¿Qué desean consumir?

—Tu mejor whisky. —le indico.

—También un Coctel Manhattan y el juego de shots.

—¿El de cinco, diez o quince?

—Que sean diecisiete. —impone sin importarle las cantidades predeterminadas por el club.

El camarero lo anota y tarda en retirarse al estar babeando por mi chica ¿Y cómo no? Addison está quitándose el abrigo, dejando su gran y precioso escote al aire, acompañado por el dije que la marca.

—¿Y para qué los diecisiete shots?

—Vamos a jugar, vamos a preguntarnos todo eso que no sabemos del otro por pasar tanto tiempo separados. —explica traviesa. —Yo diré algo que creo de ti, si le acierto te tomas un shot, si fallo me lo tomo yo y viceversa. Tengo tres condiciones: la primera, tú no me preguntas por Russel y yo no te pregunto dónde estuviste este tiempo. La segunda, cada uno tendrá la oportunidad de saltar una pregunta Y la tercera... No podemos tocar el cuerpo del otro.

No puedo contener la risa que suelto, es una ilusa si cree que podrá resistirse teniendo tantos tragos encima y tan poca distancia entre nuestros cuerpos. Su creatividad y el poder preguntar cualquier cosa me resulta interesante, no le tengo miedo, es simplemente una niña.

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