Capítulo 17

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PELIGRO

Addison

Así como era la mejor en ciertas cosas, también era un desastre en aquellas que no me interesaban y la cocina es la representación más clara. 

Toda la vida cocinaron para nosotros, siempre tuve incluso opciones al momento del postre y jamás vi útil perder mi tiempo en ello, no era necesario para mí. 

En ocasiones al despertarme sumamente temprano por la mañana sentía la necesidad de tomar café y como nadie del servicio se encontraba despierto aún, no tenía esa posibilidad, y allí tuve el interés de aprender a utilizar lo necesario para hacerlo.

Todo lo dulce era mi punto débil y justamente la pastelería se le daba excelente a Jaden. 

La única vez que me interesé en cocinar algo más elaborado que un café fue para él, deseaba cocinarle una torta de cumpleaños tan deliciosa como las que él hacía para mí cada que quería. Resultó un fracaso, ni siquiera se quemó porque jamas logre obtener la masa como para ponerla en el horno por lo que terminé pidiéndole ayuda. 

Con paciencia dedicó su tiempo a describirme cada uno de los pasos para lograr el más simple de los pasteles y ese era el que hacía cada año para él. Al ser de vainilla podía agregarle el extra que mas me gustara y cada vez intentaba cambiarlo para que no resultara aburrido. Utilice chips de chocolate, miel, limón, naranja, incluso una vez intente hacer una mousse de café, que falló pero llegó él al rescate de su propia torta de cumpleaños.

Cuando se fue, continué cocinando aquel pastel en la debida fecha con la esperanza de que al siguiente año él estuviera allí conmigo soplando las velas que así como las prendía y las terminaba soplando.

Luego de lo sucedido en Grecia no volvimos a hablar, pasó una semana en la que retome mis actividades, el entrenamiento, las clases de piano con Tristan, le entregue a Harmony los papeles de la isla para que se encargue de revisar que todo esté en orden y me puse al dia con mi padre. 

Adela no paraba de hacer preguntas sobre la semana anterior, que dónde estábamos, qué anduvimos haciendo y por qué faltamos a las reuniones sin avisar, al menos pudimos justificarnos con la excusa de que teníamos todas las cosas al día. 

Hice lo posible por mantener mi cabeza ocupada, sin embargo, la abstinencia comienza a hacerse presente y no voy a ser yo quien corra detrás de él, no hasta que se disculpe por tratarme como lo hizo. Y aunque él no vaya a enterarse, aquí estoy, mezclando los ingredientes para la torta de cumpleaños que nunca dejé de prepararle.

Esta fecha siempre me hace pensar demasiado, me vuelve algo más sensible, quizás sea el efecto de la cocina y debería dejarlo, evidentemente no es lo mio. De todas formas lo dejaré el próximo año porque ahora ya comencé y guardar las cosas me parece peor que seguir adelante. 

Mido el azúcar y la manteca antes de echarlas dentro del recipiente y mientras la máquina mezcla hago lo mismo con la leche.

Todo este tiempo evité el tema, busqué la manera de evadir lo que sentía, sabía que si alguna vez esa posibilidad se cruzarse en mi cabeza me alejaría porque él es un peligro que no pienso correr. Lastima que me gusta el peligro, me encanta y lo necesito en mi vida más de lo que quiero aceptar.

—Addison — Adela me sorprende al entrar en la cocina. —¿Qué haces aquí tan sola?

Las palabras no me surgen y en su lugar señalo los utensilios mostrándole lo que hago. Se acerca hasta la mesada en la que estoy, tomando lugar en una silla frente a mí y me mira como esperando a que hable.

—Pensativa y triste no me parece una buena combinación, puedo ayudarte a resolverlo si quieres.

—Solo pensaba.

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