Capítulo 10

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ASCENDIENTE

Addison

La consentida de papá es un término que se queda corto para definir mi relación con él y la manera en que me crió. Italia, Francia, Alemania, México, Rusia, Brasil, Dubai, Israel, China y Japón, más allá de Estados Unidos son algunos de los tantos lugares a los que viaje con él.

Cada verano desde que soy pequeña se encargó de preparar los más fantásticos viajes a los distintos países donde nos establecemos por un tiempo y me hace tomar clases intensivas del respectivo idioma. La diversidad entre culturas, las maneras de pensar, las costumbres, aprendí de todo aquello en cada travesía y siempre llegué a la misma conclusión.

A cada lugar que iba se me respetaba por mi padre, un hombre impresionantemente importante pero únicamente por él, porque yo no solo era pequeña, sino también una niña.

Poder, soñaba con el momento de volver a cada país, de volver a ver a esos mismos hombres que antes me subestimaban, como una mujer llena de habilidades y con más poder que todos ellos juntos. Es un objetivo grande y visionario, que no estoy dispuesta a dejar atrás jamás.

Los idiomas fueron un buen punto de partida cada vez que llegábamos a un nuevo país. Le ponía mucha dedicación a mis clases para que al momento de ver a esas importantes personas con las que mi padre se codeaba poder hablarles en su propio idioma, se sentía gratificante hacerlo, ellos se sorprendían y yo podía entender lo que dijeran, no podían ocultarme sus conversaciones.

—Por obvias razones este verano no tuvimos la oportunidad de hacer nuestro viaje, no vayas a creer que lo olvide, claro que no. —asegura mi padre tendiendome un sobre. —Son pasajes a Grecia, necesitas clases de griego urgente, es un idioma interesante y lleno de secretos.

A él todos los idiomas le resultaban interesantes, quizá fue por ello que me llevó a conocerlos y practicarlos. Abro el sobre y en lugar de dos, encuentro cinco pasajes sin fecha y con, como él bien dijo, destino a Grecia.

—¿Se puede saber por qué cinco?

—No.

Un hombre que jamás da explicaciones, así es mi padre, si no preguntas y preguntas te quedas con la duda porque él no dará ni una palabra de más. Hasta llegar a obtener la respuesta que deseas con el puedes estar horas y es por eso que con el tiempo aprendí a hacer las preguntas correctas, para cuestionar lo menos posible.

—¿Quienes vendrán con nosotros?¿Y cuando viajaremos?

—Cuando tengas la respuesta a la primera pregunta y apurate porque como acabo de decirte, querrás saber griego antes de lo que crees.

Guardo el sobre en mi cartera junto con cualquier pregunta porque fue más que claro con su respuesta, viajaremos en el momento que descubra para quien son los tres pasajes restantes. De todas maneras no se si quiero saberlo, no es que me agrade la idea de compartir con alguien más lo que solo hacía con mi padre, es algo muy nuestro.

Salir a comer con él es de las cosas que más disfruto, lo hacemos seguido y aprovechamos el momento para intercambiar algo de información sobre nuestras vidas, porque así como él no explica mucho, tampoco es de pedir tantas explicaciones, solo en este tipo de ocasiones se permite hablar un poco más.

—¿Qué te parece si en la tarde corremos un poco?

—Tengo algo que hacer con el grupo. Podría ser a la noche, de hecho iba a ir a unas carreras, llevo el p1 ¿Te parece?

—Solo si me dejas conducir.

—Todo lo que quieras. —le aseguro contenta por el plan de esta noche.

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