Capítulo 21

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Dos días después, Danger se reunió con Roger y Marius en una cafetería para ponerlos al día de lo poco que había logrado. No querían quedar en grupos grandes para no llamar tanto la atención.

— Entonces eso es lo que habéis avanzado— dijo Marius.

— Prácticamente nada, los empleados fueron advertidos antes de salir y ninguno quiso respondernos a nada. También vigilamos un poco los movimientos de los duendecillos y desde mi punto de vista tienen cómplices porque apenas han hecho algo que llame la atención más que asustar a un par de jóvenes en un parque y robar alguna chuchería en par de tiendas pero nada que pueda acusarlos de algo grave. Ni siquiera se han visto con el director de la empresa como yo los había visto aquella vez, espero que la poli no dude de lo que les he contado.

— No pueden dudar, eres una víctima de lo que han hecho esos tipos— dijo Roger.

— Sí pero no hay pruebas contundentes, lo único que puedo es tratar de demostrarlo ¿y si pasan meses y nada? Dejarán de tomarme en serio, lo de que la empresa está relacionada con esos malhechores tiene mucho jugo pero si hay algo que lo acredite y hasta ahora solo es mi palabra.

— Habrá que pensar en otras ideas para averiguar las cosas— dijo Marius.

— Si se os ocurre algo, ya sabéis.

— Algo se nos ocurrirá, ya lo verás.

Rihanne y Vera salieron para organizar lo de las colchonetas hinchables para los niños que sería esa mañana. Las dos harían de monitoras y en la tarde sería el pasacalle de los papahuevos donde colaborarían con la merienda de churros con chocolate caliente en la plaza.

Colaborar con las fiestas hacía sonreír un poco más a Vera pero no lo suficiente porque esas fiestas siempre habían sido muy especiales para ella. Muchas veces miraba alrededor con la esperanza de verle pero parecía que era ella la única que consideraba esas fechas especiales. Rihanne la distraía bastante, no la dejaba parar ni un momento y ya tenían prácticamente todo organizado hasta el viernes que sería el fin de fiestas junto con los fuegos artificiales.

— Todo está saliendo muy bien ¿verdad?— preguntó Vera a su amiga.

— Pues claro— sonrió la otra ayudando a varios niños pequeños a subir al castillo hinchable— la verdad que esto es mejor que estar en mi casa tirada.

— Sí— dijo Vera sonriendo levemente— ¿crees que tendré muchos mensajes en el móvil?

— Seguramente de tu mánager enfurecido pero no te preocupes, su sueldo depende de ti así que...

Vera volvió a mirar a su alrededor.

— ¿Por qué no vienes?— preguntó por lo bajo pesando en Roger.

— Él sabe que estás conmigo— le dijo su amiga.

Vera la miró, sorprendida.

— ¿Qué?

— Yo le conté a los chicos que estaría unos días contigo, que no te encontrabas bien.

— Pero ¿por qué no viene? A él también le gustaba ayudar.

— Le gustaba ayudar cuando estaba contigo, ahora quizás le resulta doloroso ¿no crees?

— Quizás tengas razón...— dijo la joven bajando la mirada.

Rihanne le palmeó la espalda con suavidad.

Entre BandasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora