SPIDERMAN DE JAMES CAMERON (CON TOM HOLLAND)

Capítulo 1: ¿Quién es el amistoso vecino?

Un patrón geométrico cubre todo el espacio que se alcanza a ver. Son como hilos plateados, cubriendo todo el panorama, todo el mundo.

Ahora vemos mejor. El patrón geométrico es parte de una intrincada tela de araña.

La telaraña se encuentra sobre un fondo rojo y azul, sin embargo, aún hay más cuando se mueve un poco y aparece el destello de un ojo.

Son dos ojos los que parpadean entre la telaraña.

Y aparece una cara. Un rostro envuelto en oscuridad, cubierto por un patrón concéntrico similar a una red. Apenas captamos un indicio de sus características. No mucho. Son sus ojos los que atrapan nuestra atención.

Finalmente, se revela. Primero cabeza y hombres, después se pudo notar que se trataba de una silueta delgada, pero con músculos sobresalientes, sentada en una postura zen. Detrás había algún tipo de estructura de acero.

Las luces de la ciudad también brillaban detrás de la figura junto a los rascacielos de Manhatan, aunque estos extrañamente estaban de cabeza.

O tal vez era la misteriosa silueta la que se hallaba de cabeza. Entonces el escenario giró en un ángulo de 180°, y efectivamente, era la figura la que se hallaba de cabeza sosteniéndose con las manos de un alambre parecido a un hilo. Llevaba un traje ceñido.

Colgaba de un mástil como una araña. Muy por encima de Manhatan.

-Bienvenidos a uno de mis locales nocturnos favoritos. El servicio es lento, pero lo que me gusta sobre eso ... no suele estar demasiado lleno.

Su voz suena bastante juvenil. A esas horas de la noche el tráfico transcurre como corpúsculos de luz, a través del sistema circulatorio de la ciudad.

–Todo parece –continuó hablando– tan ... civilizado ... desde aquí arriba, ¿no es así? Como si hubiera algún tipo de lógica a todo. Todo está tan claro. Pero bajas a la calle y nada está claro.

Mientras tanto en la calle el movimiento era intenso y desordenado. Las personas en movimiento, humanidad en todo su esplendor. Desde policías, sacerdotes, taxis hasta prostitutas y yonquis.

En un quiosco de periódicos había una pila de copias del "Newsweek" de ese día. En la portada había una imagen granulada, como aquellas imágenes que se tomaban a los ovnis, se trataba de un tipo en mallas trepando con sus manos y sus pies un edificio.

El titular anunciaba, como si lo hiciera a viva voz: "Spiderman, ¿héroe o amenaza?"

Un brazo vestido con spandex rojo y azul, cayó desde el techo del quisco. Una de las revistas desapareció de su lugar y dos dólares golpearon el mostrador. Había sido un intercambio tan veloz que más parecía un truco de magia.

El dueño no había visto el trueque, pero sí había alcanzado a escuchar el ruido de los billetes contra el mostrador, salió corriendo y miró encima del quiosco.

Sin embargo, ahí ya no hay nadie. Miró hacia arriba a los grandes edificios, alrededor. Sonrió.

–¡Está bien! –vociferó simplemente.

La figura vestida con spandex seguía en lo alto de la ciudad colgando de cabeza. Puso el ejemplar del "Newsweek" frente a sus ojos y miró la portada del "¿héroe o vigilante?" a la luz de la luna.

–¿Cómo puedo esperar que lo entiendan? Yo incluso no puedo conseguirlo. Desearía que al menos escribieran bien mi nombre. Es Spiderman, no Man-spider. Dios. Tontos. Necesito un mejor publicista.

Después de decir esto al vacío rompió la revista por la mitad, luego en cuartos, en octavos..., así hasta seguir rompiéndolo en fracciones más pequeñas, lo que evidentemente requeriría una fuerza superior a la de cualquier hombre promedio. Finalmente, soltó los pedazos que habían quedado reducidos al tamaño de estampillas. Los retazos revoloteaban sobre la ciudad como confeti.

–Spiderman ni siquiera era un hombre. Sólo un niño llamado...