Capítulo 4: La araña del laboratorio

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Más tarde Peter se encontraba en el seminario. Recorriendo el laboratorio de genética de la universidad a la que esperaba asistir algún día si es que lograba obtener una beca, sin embargo, parte de sus pensamientos se perdían por momentos en recordar lo mágico de ver los labios de Mary Jane moviéndose al hablarle, esto pese a la desagradable forma en la que había concluido el día de clases por culpa de Flash y sus estúpidos amigos.

El laboratorio por el que se paseaba en ese momento tenía uno de los principales programas de investigación del país sobre ADN recombinante y terapia genética.

El recorrido avanzaba por el complejo del laboratorio. Habían llegado a la zona restringida donde se realizaron algunas de las investigaciones más avanzadas y que podían apreciar a través de un vidrio sellado. Al profesor le había costado muchas gestiones con el colegio y la universidad el permiso para poder mostrarles esa área exclusiva.

El profesor les mostró monitores de vidrio que mostraban imágenes de frascos de bioaislamiento donde se realizaban experimentos con moscas de la fruta.

–Se está utilizando –explicó el profesor– ARN de transferencia sintetizado para recodificar el genoma de la mosca de la fruta, transfiriendo información genética de una especie de mosca a otra –y señalando los monitores añadió–, puedes ver las diez moscas activadas mutagénicamente a la izquierda...

Peter había puesto toda su atención en el experimento. La ciencia era su escape a toda la trivialidad de la vida, incluso ocupaba tanto su atención en ese instante que había olvidado todo lo de la mañana. Su fascinación lo llevo a contar las diez moscas mencionadas por el profesor, pero, un momento, solo había nueve moscas.

–Profesor –dijo Peter extrañado–, solo veo nueve moscas...

–Un momento –intervino una científica que supervisaba el recorrido y que se acercó a verificar la cantidad de moscas.

Mientras tanto, en un rincón del techo, sin que nadie se percaté ni le presté atención atrapada en una telaraña, cerca de un conducto de aire, se encontraba la faltante decima mosca. La araña apareció en escena y rápidamente se acercó a la mosca que trataba de huir elevando su vuelo. El combate es breve y da paso a un banquete para el arácnido.

El profesor proseguía con sus explicaciones. La científica había desaparecido apresuradamente. Luego el grupo siguió adelante, todavía había mucho por ver.

–Profesor –habló Peter–, ¿puedo tomar algunas fotos para mi escuela?

El profesor respondió que no había problema y el grupo avanzó dejándolo atrás.

Fue así que, mientras Peter Parker se centraba en tomar fotos del experimento genético con moscas de la fruta, la diminuta araña cayó desde arriba en un hilo casi invisible, aterrizando sobre su mano mientras realizaba un último disparo de su cámara.

Como ya dijimos Peter se hallaba tan concentrado con lograr las mejores tomas que ni siquiera se percató del arácnido sobre su epidermis, únicamente sintió un dolor punzante en la mano. Entonces se dio cuenta del bicho y lo aplastó con su otra mano. El dolor se mantenía, miró a su agresor por última vez y se alejó con dirección a su grupo de la escuela.

–Lo siento, pero tú me atacaste primero –habló mientras dejaba atrás a la araña muerta.

En el metro camino a casa las cosas no mejoraron. Él frotaba su mano que estaba roja e hinchada. Sabía muy poco de picaduras de araña, la entomología había sido un campo de la ciencia que, en realidad, había explorado muy poco. Pasó su mano por su frente. El sudor era abundante y se sentía mareado. Pasó su lengua por sus labios, estaban desesperadamente secos.

Cuando llegó a su casa, su visión era borrosa. Fue directo a su cama, evitando a la tía May. Orgullo, tontería, vergüenza, lo que sea, de alguna manera prefería afrontar su malestar solo.

Se quitó la ropa como pudo y se tambaleó hacia su cama, haciendo un supremo esfuerzo por llegar, pero en medio camino se derrumbó en el piso.

Un temblor compulsivo lo atormenta, como un ataque. Peter Parker se sumerge en un estado psicotrópico. Un abismo de visiones bosteza debajo de él. Cae en lavorágine, manifestaciones alucinatorias lo bombardean. Perturbadoras imágenes de redes. Ojos brillantes en la oscuridad. Un depredador invisible repentinamente lo ataca. Él es una presa luchando en la oscuridad. Todo un montaje de bio-horror de David Lynch de un mundo arácnido. Sombras... arrastrándose sobre edificios y vallas, saltando por el aire... 

SPIDERMAN DE JAMES CAMERON (CON TOM HOLLAND)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora