Peter Parker saltaba de techo en techo. Al terminar la calle saltó a una farola, agarrándose de esta y dando una vuelta completa a su alrededor brincó al suelo en un salto mortal.
Aterrizó perfectamente. Se inclinó teatralmente ante el vacío, palmas imaginarias a su alrededor. ¡Esto es genial!
Peter no entendía lo que sucedía, pero dejaba que esa creciente consciencia de fuerzas súperpoderosas lo impulsaran, dejando debajo su consciencia supuestamente racional.
Era una figura solitaria corriendo en la noche. Escalando edificios, explorando, aprendiendo a enfrentar las alturas, el vértigo.
Saltó de tejado en tejado, ahora a una escalera de incendios. Luego trepó a un rascacielos. Era increíble.
Tomó un respiro. Miró abajo, a la lejana caída. Quería llevarlo más lejos, romper los límites. Era la primera vez en su vida que era bueno en algo físico. Era como un sueño.
Lo atractivo de la oscuridad comenzó a reemplazar el miedo a la oscuridad. Ya no era para él ese lugar desconocido, de pavor o incertidumbre. Ahora podía decir que en la oscuridad se sentía seguro. Incluso hasta sentía que podía encontrar comodidad y paz. Todo se había puesto al revés (algo que literalmente Peter podía hacer con facilidad colgándose de una telaraña). La noche para él se había convertido en el día. Las alturas, antes aterradoras, ya no lo asustaban, lo atraían.
En ese momento saltó al vacío.
Mientras saltaba pensaba que el aire se había vuelto para él como el agua. Era como si nadara. Y era un buen nadador.
Sintió el vértigo de la caída. Disparó una ráfaga de telaraña que se enganchó en algo dando un balanceo salvaje a través de la oscuridad. Se suspendió en el aire y de pronto se pegó en contra de la pared de un edificio con las palmas de manos y pies.
Vio a alguien caminando por las calles. Peter Parker corría a lo largo de la azotea sin esfuerzo. Una sombra a la luz de la luna. Desde ahí podía ver a la persona de abajo como si fuera una diminuta figura. Era alguien que no tenía ni la más mínima idea de que estaba siendo acechado.
En ese momento Peter se dio cuenta de que tenía el poder de ir y venir como un espectro. Pero no podía ser visto. La capacidad de ir donde quería sin pedir permiso. Se sentía como un adulto por primera vez. Un hombre.
Avanzó por los techos hasta llegar de vuelta a su barrio y quedó frente a la casa de Mary Jane. De dos saltos se pasa a un árbol, quedando frente a la ventana de la chica de sus sueños.
Ella estaba ahí, lista para dormir. Apagó la luz, pensando que nadie la veía. Se quitó la ropa. Peter comenzó a transpirar. Mary Jane se quedó en ropa interior y se metió a la cama. Era un destello demasiado prohibido para Peter, que lo hizo tambalear, perdió la concentración, deslizándose de la rama, precipitándose a los arbustos.
Al instante apareció saltando en la oscuridad, mientras las luces de la casa que había detrás de él se encendían.
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SPIDERMAN DE JAMES CAMERON (CON TOM HOLLAND)
Ação¿Cómo hubiera sido la película del héroe arácnido de James Cameron? En los 90 estuvo a punto de hacerse realidad una película de Spiderman dirigida por el director de Titanic con el aval de Stan Lee. En esta novelización del scriptment original tend...