Fiesta VIP

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Narración general.

— Emi ya llegué — gritó el azabache al llegar a su hogar con la compra de comida mensual, la joven no le respondió por lo que supuso que estaba dormida.

Su amada tubo un pequeño percance en una patrulla, se partió una pierna de la forma más "absurda" o así dice ella, atrapó a unos villanos y cuando ya los había entregado a la policía fue a hacer su papeleo, está semana le tocaba el tedioso papeleo, cuando salia de las oficinas del piso de arriba, decidió bajar por las escaleras y se resbaló. No quiso ir al médico ni nada, apenas si se dejó poner el yeso. Su amado se encargó de cuidarla y pidió vacaciones por unos meses, tenía sus ventajas el haber trabajado los 365 días del año desde que se graduó de Pro Hero hace 6 años.

Emi tenía una semana apenas y ya se estaba volviendo loca, le gustaba estar con su pareja todo el día pero el no poder levantarse sola para siquiera ir al baño era su gran frustración. Sus ventajas eran que podía terminar de ver sus animes pendientes, dormir hasta tarde con Shota y tomar un merecido descanso desde hace ya varios años que no tomaba.

El joven se dedicó a acomodar las compras, tras una hora logro terminar su trabajo y decidió buscar a su esposa al entrar a la habitación la vió vestida con una de sus camisas blancas, unos shorts debajo de esta, lentes de sol y la única corbata que él tenía la cuál, jamás usaba, pero uno nunca sabe, ni siquiera lo uso el día que se casó. Lusía completamente adorable, los lentes eran de él se los había regalado Present Mic hace tiempo nunca los usó pero los guardaba por el cariño que le tenía a su amigo gritón.

— ¿Emi? — se digno a preguntar ella no respondió, solo sonreía y estiró su brazo y abrió su mano.

— 10 llenes — dijo con un tono de niña pequeña, desconcertó a su esposo.

— ¿Y esa caja? — cuestionó ya que de la caja sonaba música.

— 10 llenes — repitió.

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Siendo una mujer tan activa y ahora tener que estar tirada en su cómoda cama, la cuál...al final se volvía bastante tediosa era muy aburrido para ella, Shota a pesar de acompañarla y cuidarla debía encargarse del hogar y demás responsabilidades lo cual restaba su tiempo juntos, ella no lo presionaba ya que no quería ser egoísta, así que para matar tiempo como pudo se apoyó de todas las mesas, relieves de las paredes e incluso dando saltos fué hasta una caja que su amado iba a desechar, con un cuchillo de la cosina corto de manera horizontal unos 10 cm aproximadamente, sacó el cuchillo y en dónde quedó el corte hizo otro de manera vertical hasta el final de la misma en una de las esquinas. Al terminar empujó la caja a patadas con su yeso, no le dolía eso era bueno, saltaba y pateaba la caja hasta su recamara dónde se sentó en su cama de golpe por el cansancio del esfuerzo, después del accidente su rendimiento era nulo. Buscó un lápiz y un bolígrafo comenzó a dibujar unas figuras de gatos, al tenerlas listas abrió la caja desde la parte de arriba y las pegó en las paredes de adentro de la misma. Tomó su celular y llamó a una vecina de la residencia.

"— Hola Tostaki-kun — saludó alegremente.

— Emi, ¿Que tal sigues?

— Mejorando, te quería preguntar si me puedes hacer un favor.

— Lo que quieras.

— ¿Sabes dónde están los gatitos abandonados en el conjunto?

— Si...

— ¿Me los puedes traer?"

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— ¿Emi y estos gatos? — preguntó el joven al ver (después de pagarle a su esposa, la cuál no le permitió ver el interior de la caja hasta que le diera los 10 llenes) un montón de gatitos de todos los colores, diferentes patrones en sus cuerpos y diferentes colores en sus iris.

Shota debía admitir que le encantaba la mini discoteca para los gatitos, incluso en tapitas de botellas tenían leche, y en una de las esquinas había un poquito de hierva gatera.

— Ahora son nuestros hijos — dijo observando enamorada a los mínimos.

— Emi...son más de 10 — al joven le gustaban los gatos, pero tantos.

— Tranquilo, eran de la calle, tenía pensado traerlos a casa pero siempre estaba cansada y se me olvidaba cuando venía a la casa — dijo subiendo sus lentes de sol a su cabeza — pero ahora que puedo hacerlo...

— ¿Saliste de la casa SOLA?! — su pareja se levantó un poco del suelo y tomo entre sus manos el rostro de la joven quien solo sonrío de forma tonta y lo besó para darle un poco de tranquilidad.

— Nop, le pedí a Tostaki- Kun que los trajera yo hice el resto, los vamos a cuidar hasta encontrarles un hogar estable con personas que nos quieran— al azabache se le derritió el corazón al escuchar eso, se casó con la mujer correcta— ...ahora que lo pienso los hice drogadictos con las hierbitas.

La joven río y el solo sonrío ligeramente, amaba a esa bella, alocada, noble, dulce, amorosa, risueña, sexy, provocativa, bromista y adorable mujer, su mujer, Emi Aizawa.

MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora