Narración general.
El joven Aizawa veía la televisión en su casa, esperaba que su pareja no llegará tan tarde, ella le había comentado que iría a beber con sus amigas. Confíaba en ella pero no le preocupaba el que le fuese infiel, lo que le preocupaba realmente era lo que ella podía hacer con alcohol circulando en sus venas.
La última vez que la vió ebria terminaron siendo amantes después de esa noche. Ahora que lo piensa si le preocupaba que le fuese infiel, debía confiar en ella y lo hacía, pero no confíaba en su estado de ebriedad solo lo hacía cuando ella estaba sobria.
Observó el reloj de su celular, 12:40 AM y ninguna noticia de ella. Emi era más peligrosa bebida que en sus cabales no debe temer que algo malo le ocurriese, se preocuparía más por el pobre diablo que le intentó siquiera arrancarle un cabello. Seguro volvería en la mañana, o eso esperaba. Era mejor intentar dormir.
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La pelimentosa golpeaba desesperada la puerta de un camerino de los "actores" de aquella noche. La borrachera se le había ido con ese pequeño inconveniente.
— Emi, ¡Perra vamos! ¿O te lo piensas coger? — bromeaba su amiga albina.
— ¡Cállate Rumi! — gritó Emi notablemente furiosa — ¡Hijo de puta, abre la puta puerta! ¡Carajo! Shota me va a matar.
— ¿Sho...ta? ¿Quien es ese? No había ningún stripper llamado así — dijo hipando la mutante recostandose a la puerta del camerino de otro "actor"
— ¡No debí hacerte caso! — le gritó a la contraria — ¡Solo quería unos tragos no ir a un maldito prostíbulo clandestino!, Pero noooooo y yo de pendeja que te hago caso — se quejó la chica golpeando todavía más fuerte la puerta.
— Primero cálmate ya estás como ¡Perra histérica! — apuntó a la joven quien se alborotó los cabellos con desesperación — ¡Segundo!...— cerró los ojos y arrugó la nariz y chasqueo los dedos un par de veces deslizándose en la pared al lado de la dichosa puerta, recibió la total atención de Emi — ¿Que era la segundo? — hasta allí llegó la atención de la pelimentosa.
— ¡Ábreme desgraciado! — pateó un par de veces la puerta.
— ¡Ah ya me acordé! Segundo — se despegó ligeramente de la pared y estiró su brazo izquierdo — ¿Que hacemos aquí? — dijo cambiando el gesto de felicidad indescriptible a uno confundido a más no poder.
La pelimentosa no sabía que decir exactamente, como explicarle a su mejor amiga que mientras estaba con uno de los strippers se le cayó el anillo de compromiso dentro de la tanga del el maldito, ya que revisó la pista de baile y le pisaron las mano y demás pero el anillo no estaba. La última alternativa era que estuviese en la tanga de el que allí se le conocía como "Batman" más le valía conseguir el anillo.
— Se...se me quedó...¿La virginidad? — cerró los ojos con una mueca lastimera.
— Tu no eres virgen — dijo molesta la albina.
— ¿¡Y tú qué sabes?! — aparentó dignidad.
— Te has acostado con más tipos que los dedos que tenemos las dos juntas, los de las manos y los de lo pies — dijo con notable burla.
— Me daban por el orto — dijo incómoda.
— Ah, bueno y tercero ¿Que mierda se te perdió? — la joven pelimentosa hiba a contestar pero allí fué cuando llegó el stripper sudado.
— ¡Oi!, Tu eres la desbocada del los chistes — dijo amable el stripper señalando a la pelimentosa.
— Ja, ja, ja, siii esa soy yo — siguió la corriente bastante avergonzada.
— ¿Esto es tuyo verdad? — dijo metiendo su mano dentro de su tanga y sacó el anillo mostrándoselo a las chicas.
Rumi observó algo confundida y asqueada la joya pero para Emi era como si viese a un santo
— ¡Si, si, si, si, si, si, si, eso es mío! — se lo arrebató y se lo puso.
— Me lo imaginé, quizás nos veamos si es que tu esposo no es celoso — dijo riendo y entró a su camerino.
— ¿Esposo?
— ¡Voy a lavarlo! ¡Nos vemos Rumi, mañana te llamo para ver qué tal la resaca! — se fué como un bólido al baño más cercano.
La joven ya estaba más tranquila que ahora tenía su anillo con un olor raro pero lo tenía. Lo labo con jabón líquido y demás detergentes que encontró en ese baño. Al terminar de limpiarlo como una hora después lo besó como si fuese el tesoro más presiado, por lo menos para ella así lo era.
Se fué a casa más relajada, antes de llegar se compró unos cuantos tragos más para relajarse un poco. Regreso a casa un poco ebria, no tanto como antes que fué capaz de perder su anillo pero si lo suficiente como para tambalearse un poco.
El ruido de la puerta abriéndose lo alertó de que su esposa ya había llegado. Y por como se escuchó el que se quebró un vaso le dijo que lo mejor sería que se parara. Se paró con flojera y restregandose un ojo.
— Perdón vasito, no hacía falta de que hicieran un escándalo — dijo recogiendo lo pedazos de cristales más grandes — mi esposo está durmiendo, esperó que no lo despertarás
— Estaba Emi — dijo e hizo que ella se volteara a verlo perpleja, miró de nuevo los restos del vaso — ¡Viste vaso, lo despertamos!
A Shota le causó ternura ese acto de su esposa la cargó y la llevo a su habitación la ayudó a cambiarse.
— Te amo mi vida — dijo su esposa en sujetador mientras abrazaba su cuello y lo besaba con dulzura.
— Yo también Emi, ¿Que tal la pasaste? — preguntó quitándole como podía el pantalón de mezclilla.
— Bien, no me quejo — dijo enredando sus dedos en el cabello del contrario.
— Ya veo — la aparto un poco para colocarle la pijama.
A mitad de la acción se quedó dormida, suspiró y sonrío desganado. Hoy lo amaba, mañana con la resaca era otra historia.
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Matrimonio
FanficAhhhhh el matrimonio, siempre tenemos expectativas muy altas de él, siempre. La verdad es que el matrimonio no es la vida de ensueño que creemos que es. Tampoco diré que es una maldita mierda, porque se tienen momentos felices, pero tampoco todo de...