Toxicidad igualitaria

206 17 18
                                    

Narración general.

Con los dos años imiedo que llevaban de matrimonio, todo era bastante normal para ellos ya que antes del matrimonio ellos actuaban como esposos, únicamente les faltaban contraer las nupcias.

Para ellos llevar su relación matrimonial discreta era algo completamente normal, sin embargo había ciertas cosas que les chocaban en algunas situaciones ya sean entre ellos o con las demás personas. Emi realmente es bastante celosa y Shota no se queda atrás, entre los dos en el nivel de toxicidad estaban a la par, quizás el azabache no revisé el celular de su esposa, solo por el simple hecho de que es por huella y el no tiene idea de cómo es que no agarra la huella de su pareja. Sin embargo, el tiende a acosarla cuando sale sola, no es que no confíe en ella pero no confía en los demás, por ejemplo, esta es una de las locuras por las cuales está dispuesto hacer Aizawa Shota por su amada.

Emi no hace mucho había salido a trabajar a la academia Ketsubutsu, el azabache salió de la residencia unos minutos antes que la pelimentosa, ella no sabía que el había pedido el día libre, por lo que creía fervientemente que estaba llegando o incluso ya se encontraba en la UA. El azabache desde hace unos días había visto a su querida payasa algo distante de él, no sabía porque exactamente a decir verdad le preocupaba bastante que no sintiese lo mismo o que se hubiese arrepentido del matrimonio, o quizás el estaba fallando en algo. Le daba muchísimo miedo perderla por eso mismo quería averiguar qué ocurría.

Su plan comenzaba en seguirla hasta su academia, allí buscaría alguna tienda de ropa cercana y usaría esa ropa se infiltraría allí y vería a su amada y a sus compañeros. No podía fallar su plan. Y más le valía eso, no quería que la pelimentosa le descubriese por nada del mundo se moriría de vergüenza o posiblemente por una bofetada que su esposa, y más si portaba las placas de titaneo en sus muñecas una vez entrenando juntos con sus trajes de heroes ella le golpeó en el pecho y debieron ir al hospital, resultaba que tenía dos costillas rotas.

Seguía sigilosamente a la pelimentosa la cuál hiba algo distraída, no le gustaba cuando hiba así, podría atropellarla un carro o alguien podía secuestrarla eso le causaba nervios. Siguió así hasta llegar a la academia Ketsubutsu, allí buscó rápidamente una tienda donde comprar ropa nueva y que no fuese de su gusto, agradecía ser amigo de Hizashi en esos momentos ya que gracias a él sabía cómo vestirse a la moda, cosa que no le gustaba hacer, pero en ese momento ameritaba el sacrificio.

Buscó un blujean y una camisa roja de manga larga y zapatos de mocasín marrones, no era nada extravagante pero si no era algo que el usaría...por voluntad propia. Compró unos lentes de sol los cuáles se colocó (no sin antes pagar todo eso) recogió su cabellera azabache y ocultó lo largo de esta en una gorra negra, ese día se había rasurado para evitar que su amada le reconociera con facilidad, por haberse ido antes ella no notó ese detalle. Tardó al rededor de unos 40 minutos en elegir el vestuario mientras lo pagaba y se lo colocaba. Todo hiba de acuerdo al plan, sin embargo había un detalle que no había planeado, el cuál era ¿Con que excusa entraría a la academia? Ni para decir que la UA lo envío para hablar con el director ya que se había cambiado de ropa, eso y que había pedido el día libre en su academia. Se pegó con la palma de la mano derecha con frustración. No había pensado lo más importante, ¿Cómo entraría a una academia prestigiosa sin tener algún hijo al cual ingresar?, y sin mencionar que los muchachos van solitos a esas cosas. Definitivamente merecía un Oscar por eso.

— Ya veo el título "Aizawa Shota, el esposo más celoso del mundo pero no planea bien las cosas"...— dijo sarcástico mientras se sentaba en una banca cercana del parque que estaba enfrente de la institución — las cosa que me hace hacer mi amada payasa — dijo sonriendo levemente — ¿Ahora que hago con esta ropa?...

— ¿No resultó tu plan? — preguntó una voz conocida, muy conocida para el, con temor levantó su visita poco a poco hasta ver a una mujer con zapatillas negras, una falta de tubo del mismo color la cuál se le ajustaba a sus muslos, caderas y cintura, suéter lila con un escote recatado, las mangas de este eran ajustadas las cuales enfundaban sus brazos hasta las muñecas y su cabello verde menta se encontraba suelto.

El azabache tragó grueso no solo por el haber sido atrapado en el acto, si no también que se veía bellísima, ella no había salido de su hogar así. Algunos torpes balbuceos salieron de su boca, la pelimentosa río y lo cayó besándolo suavemente en sus labios.

— Por andar de metiche revisando tus cosas ví un papel — explico la mujer cariñosamente a su pareja el cuál estaba más que embobado — dónde decía todo tu plan, decidí tomarme el día en la academia — el azabache reaccionó ligeramente abrazando el cuerpo femenino desde su cintura, la atrajo hacia él, apoyo su mentón en el vientre de la misma.

— Perdón por la desconfianza yo...— fue cayado con el dedo índice de la joven en sus labios.

— Descuida, estaba así porque aquí en el trabajo hay un representante de uno de los chicos de otro año que está decidido a ligar conmigo...— dijo con un tono de voz asqueado y cansado —  lo que el no sabe, es que — dijo cambiando sus facciones faciales y tono de voz para seguidamente acunando el rostro afeitado del joven entre sus manos y acariciándolo con sus pulgares — estoy casada con un hombre que me tiene loca de remate — el azabache al escuchar eso se calmó considerablemente, desde que empezó a seguirla está tenso de lo que sea que fuese que ocurriera para el cambio de actitud con el.

— ¿Por qué no me dijiste nada? — ella lo observó sarcástica y suspirando decidió responderle.

— Déjame recordar — fingiendo pensar tamborilero si dedo índice en su propia barbilla — ¡Oh, si! Ya recuerdo, la última vez que un hombre me observó de forma obsena lo colgaste de un edificio de 4 plantas.

El azabache cayó ya que era verdad el hizo eso, aunque a su parecer no está a mal lo que hizo.

— Se lo merecía— ella suspiró y se separó de el,se agachó para quedar a su altura.

— Por más que quiera que hicieras eso es un representante de uno de los estudiantes de la academia, no debes har eso — dijo como si regañase  a un niño — olvidando el tema, mejor aprovechemos la ropa y salgamos a comer.

El contrario asintió y se levantó, debía aprovechar los 50 llenes gastados en esa ropa.

_._._._._._._._._._._._._._._._._.

Bueno hasta aquí el cap de hoy gracias por todo su apoyo y paciencia, como dije al principio de la historia ello tienen 2 años imedio de casados. Nos vemos pronto.

MatrimonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora