Matrimonio

Ovarios poliquístico

Narración general.

Unos días después de haber hablado con los amigos de la pareja, hablaron con sus jefes, prensa y con compañeros de trabajo, su vida mejoró considerablemente sin embargo aún faltaban a 4 personas a quienes decirles sobre la relación, sus padres, sin mencionar que Emi tenía mucho que decir.

- No entiendo... - dijo el joven azabache viendo el techo de la habitación matrimonial.

- ¿Que parte no entiendes? - preguntó su esposa a su lado.

- La parte de los dos papás - dijo el viéndola de reojo, su expresión era nerviosa y ella mordía ambos labios - ¿Son...gays o algo así? - dijo volteandose quedando frente de ella, quien negó moviendo su dedo índice de un lado a otro repetidas veces, al acabar la acción suspiro sentandose en la cama para luego subirsele encima quedando sentada en su vientre bajo.

- Mi papá murió cuando era pequeña, mi mamá me dejó en la calle y un señor me encontró, el fue quien me crío, el fue mi otro papá, es por eso que tengo dos papás... - explico breve, su típica sonrisa había desaparecido, se encontraba sería, bastante sería.

- No sabía que pasaste por eso... - dijo el azabache alzando su brazo derecho para posar su áspera mano en la mejilla de la chica, quien al sentir el contacto acercó más su cabeza para sentir más de esa dulce sensación.

- No debías, a nadie le había contado sobre esto, tu eres el primero...

- ¿Y que paso con tu madre?

- Para mi está muerta...pero a decir verdad yo no sé nada de ella...- dijo con su mirada ligeramente perdida.

- Visitaremos a tus padres primero y luego a los míos ¿Si? - sentenció el azabache para subirle los ánimos a su esposa.

- ¡Si! - dijo con energía - ya quiero que los conoscas y quiero conocerlos a tus padres - dijo tomando la mano de su esposo la cuál aún reposaba sobre su mejilla y la acarició tiernamente.

- Y después, si te parece...hacemos los trámites de adopción para Eri...- la joven asintió con su enorme sonrisa devuelta - aún me preguntó que clase de brujería hiciste conmigo, mis padres no creerán que me casé.

- Yo no hago brujerías, mi vida - dijo orgullosa la pelimentosa - yo soy ese tipo de mujer que cuando la ves quieres conocer más de ella - dijo haciendo un suave movimiento de caderas haciendo que estás sutilmente bajara a su entrepierna - y cuando lo haces quieres más - dijo de forma sensual acercándose a peligrosamente a sus labios - soy algo así como un cheto - dijo socarrona para besar sus labios con ternura.

Al separarse el azabache río.

- ¿Un cheto? - preguntó divertido.

- Bueno, eso fue para los demás - dijo la joven sentandose y se retiró la camisa dejando sus senos al descubierto.

- ¿Fué? - al joven le interesaba lo que le decía la muchacha, sin embargo los senos de esta los cuáles había visto más de un millón de veces lo tenían embelesado y sentía unas terribles ganas de masajear, besar y morder esos senos que actualmente, solo podía ver él.

- Sip, ahora soy únicamente tuya - el azabache al escuchar esto alzó sus brazos y sus manos se dirigieron a los senos que tanto le gustaban y los apretó levemente, cómo consecuencia la pelimentosa jadeó.

- ¿Eres mía? - cuestionó sentandose, retiró una de sus manos las cuales se encontraban en su seno y la pasó por los glúteos de la chica y apretó el otro con más fuerza.

- Ah~ si - respondió después de que un gemido se le escapara de sus labios.

- ¿Únicamente mía? - volvió a preguntar ahora cambiando de posiciones, el azabache se bajó de la cama parandose en el suelo y retiró su camiseta, descubriendo su torso y seguidamente quitó sus pantalones.