Narrador omniciente
Todos en el mundo tenemos gustos diferentes y más cuando se trata del entretenimiento televisivo. Hay a quienes les gustan los programas de suspenso, terror o criminalística, como a quienes les gusta programas de chismes, noticias, trivias y televentas. Pero no solo depende de los gustos si no también de la edad del televidente. Esto nos lleva a esta situación...
— Papiiiiiiiii, quiero ver televisión — dijo con insistencia una niña de 11 años.
El hombre la vio de reojo pero la ignoró por décima vez, realmente estaba cansado y su pequeño rayo de sol no colaboraba. Usualmente Eri era la niña consentida de la casa hacia casi lo que quería cuando quería y donde quería. Obviamente con ciertas reglas y responsabilidades pero del resto del tiempo era toda una consentida. Pero hay veces que ella no era el centro del universo de sus padres. Hoy era uno de esos días.
Aizawa había salido de rehabilitación de su batalla con Shigaraki y todos los problemas que conllevaba eso. Por fin estaba en casa, duró mucho tiempo en el hospital y después en la UA y sin contar que casi no tuvo contacto con su esposa, de su hija sí, pero no era el más directo en esos momentos por las circunstancias. Pero está información es para otro momento, retomando lo anterior. Al fin el se encontraba en su hogar, provisional, ya que su hogar anterior fue destruido. Lo único que se salvó fue a la mascota familiar gracias a Eri que no lo había querido dejar solo en casa con todo lo que estaba ocurriendo, quizás sea una niña pequeña pero sin duda alguna ella no era tonta y sabía que ocurría a su alrededor.
Después de meses de estrés, depresión y muchas más emociones encontradas por fin tenía algo de "tranquilidad".
— Papá, papá, papá, papá, papá, papá, papá, papá.... — continuo diciendo la niña picando su mejilla con su pequeño y delgado dedito índice — ¿¡PAPÁ ESTAS ALLÍ?!
— ¡Eri! Por favor, déjame ver un rato televisión — pidió el hombre bastante casado.
Aizawa no era precisamente el fanático de ver televisión pero necesitaba ver algo que no fueran noticias o cosas trágicas ya bastantes que tuvo que ver y sentir en carne propia. Eri durante la guerra ella vio toda la televisión que quería ¿Por qué no le permitía a él ver algo? Ni siquiera estaba entendiendo que vendían en la televisión pero quería saber qué era.— Papá pon algo aunque sea una película, dudo que quiera ver cómo hablan maravillas de un feo flores o que no hace nada interesante — reprochó la niña colocándose frente al televisor para que su padre no pudiese ver nada.
— Tú ves "pilim pilim" y yo no te critico — respondió con desgano el adulto y si tener mucha importancia a qué tapara el anuncio publicitario observo una esquina de la televisión, se conformaba con eso.
Frustrado el plan de la niña hizo un puchero hasta que su rostro se volvió rojo.
— Eso funciona con Emi no conmigo — aclaro el mayor recordando cómo Hisashi le dijo eso a su hija para obtener lo que quisiera, funcionó por un tiempo.
La niña suspiro frustrada y se fue molesta a su habitación, Aizawa la siguió con la mirada hasta su cuarto y volvió a centrar su atención al culminante anuncio.
Pasando unos 20 minutos de paz y tranquilidad llegó con varias bolsas de comida su amada esposa, la cuál le regañó por intentar levantarse a ayudarla Eri al escuchar la voz de su madre salió a ayudarla a entrar las cosas y a acomodarlas. Un tiempo después las dos mujeres se sentaron a los lados de él para disfrutar un poco de un tiempo familiar que tanto les hacía falta.
— Cariño — le llamó la femenina.
— Si?
— ¿Que estamos viendo? — preguntó con curiosidad la mayor de las mujeres presentes.
— Un cochino anuncio de unas pantuflas — respondió rápidamente la menor.
— Aizawa cambia eso — reprochó la mujer arrebatando el control remoto de la mesa.
Intentó cambiar los canales pero nada ocurrió, eso le extrañó, presionó con más fuerza el botón y si resultado alguno se levantó e intentó cambiar los canales desde diferentes posiciones y puntos de la pequeña sala de estar, aún con nulos resultados.
Después de casi hora y media en eso y con una pequeña Eri involucrada intentando cambiar los canales manualmente con los botones del aparato sin resultados al igual que su madre Aizawa se sintió mal pero decidió no decir nada era más divertido ver las caras de sus familiares de frustración que ver otro inútil anuncio.
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Horas antes
— Muy bien, Emi se fue a comprar comestibles y Eri sigue dormida es mi momento de ver televisión — dijo con satisfacción.
Tomo el control remoto e intentó encender la televisión, ningún resultado, lo intento con más fuerzas el presionar el botón iguales resultados ineficientes. Sin más paciencia se levantó para encender la televisión. Está encendió y al intentar cambiar el canal para colocar una película o algun programa de chismes se dio cuenta de que no cambia canal.
— Maldito y asqueroso aparato cambia de canal no quiero una lámpara — maldijo intentando cambiar de canal continuó así hasta que escucho el comercial de sacos de dormir con calefacción incluido.
Esa información fue suficiente para que dejara de intentar cambiar el canal y quedarse escuchando el comercial completo. Está demás decir que el aparato no servía y el control tenia las pilas vencidas. Debió decirle a su esposa para que comprara un par, si pero se le olvidó al escuchar otro comercial de papillas con proteínas. Y así fue como se quedó escuchando los comerciales hasta que su hija despertó.
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Hasta acá el cap, corto lo sé lo lamento mucho pero mi cerebro no está colaborando.
Sin nada más que decir nos leemos/vemos pronto.
Bye bye.
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Matrimonio
FanfictionAhhhhh el matrimonio, siempre tenemos expectativas muy altas de él, siempre. La verdad es que el matrimonio no es la vida de ensueño que creemos que es. Tampoco diré que es una maldita mierda, porque se tienen momentos felices, pero tampoco todo de...