Capítulo 22. ATRAPADA

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¡No, no!, gritaba mi mente una y otra vez, empujando ese cristal que me oprimía, sin éxito, mientras mi pulsera vibraba insistentemente.

No sé cómo lo hizo, pero la brisa que me poseía consiguió conducir y llegar a mi antigua casa, utilizando mi cuerpo de carne para ello. Me apeé del vehículo y me planté en la vivienda con rapidez.

Nada más abrir la puerta, vi a Em en el sofá, acompañado por Alice, Rose y Jasper.

―Hola, Nessie, ¿qué haces aquí? ―preguntó Alice, extrañada de verme allí a esas horas.

¡Ayudadme!, gritó mi mente, desesperada.

Lo que oyeron fue otra cosa.

―¿Podéis reuniros todos? Tengo que deciros una cosa muy importante ―habló mi voz, seria, ordenada por la brisa.

Mis pies ya se dirigían con rapidez hacia las escaleras.

―Claro, ¿qué pasa? ―quiso saber Rose, sorprendida por esa seriedad tan seca.

¡Rose!

―Ya os lo explicaré ―dijo mi obligada boca a la vez que mi cuerpo carnal subía por las escaleras.

¡Déjame! ¡¿Qué vas a hacer?!

Llegó a la última planta y corrió hacia mi antiguo dormitorio. Entró en él y después hizo lo mismo en el vestidor.

¡¿Qué vas a hacer?!, repetí.

Vi, horrorizada, cómo mis manos cogían mi vestido de novia y empezaban a destrozarlo sin piedad, arrancando los volantes de la falda cruelmente.

¡Noooo!, lloré con rabia, empujando el cristal que me mantenía encerrada mientras mi vestido era rasgado con saña y mi pulsera seguía vibrando. ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?!

El vestido fue tirado al suelo con desprecio y, sin perder el más mínimo de tiempo, mi cuerpo de carne bajó al salón, donde mi familia al completo ya me esperaba.

Mi aro de cuero rojizo no dejaba de vibrar en ningún momento.

¡Papá! ¡Seguro que tú puedes oírme, ¿verdad?!, sollocé.

Pero mi padre estaba de pie con los brazos cruzados, como los demás.

¡Papá!, chillé más fuerte.

No, no podía ser, era imposible, mi padre no podía escucharme.

―Bueno, ¿qué es eso que tienes que decirnos? ―inquirió mamá, expectante.

―No habrá boda.

¡No, no, noooo!, chillé, pegándole puñetazos al inquebrantable cristal.

―¿Qué dices? ―murmuró ella sin poder creérselo, con un semblante desencajado.

No era la única. Todos se quedaron en estado de shock.

¡Sí, eso es! ¡No lo creáis, es mentira!, voceé con una mota de esperanza.

―No quiero a Jacob.

Hasta la pulsera se estremeció al escuchar tales vocablos.

Mis perplejos ojos etéreos vieron cómo a la vez que mis labios pronunciaban esas horribles palabras, algo dorado salía por mi boca, esparciéndose por toda la estancia, llegando a cada miembro de mi familia en forma de un humo que se les metió hasta por los ojos.

¡¿Qué es esto?!, inquirí sin creérmelo.

De pronto, todos y cada uno de ellos relajaron esos rostros que al principio eran de estupefacción.

NUEVA ERA I. PROFECÍA (por mí, su autora). Continuación de mi Fanfic Despertar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora