JIMIN
Los golpes fuertes en la puerta sólo pueden venir de una persona. Nadie más en el edificio sabe quién soy, e incluso si lo hicieran, nadie sería tan grosero como para golpear la puerta a las ocho de la jodida mañana. Nadie más que Kim Taehyung, es decir.
Jungkook y yo nos congelamos en medio del beso, en el centro de nuestro dormitorio. Los dos estamos desnudos, goteando de la ducha que tomamos y con rabiosas erecciones. Se ve tan molesto como me siento.
—Tal vez si lo ignoramos va a desaparecer —murmuro.
Jungkook hace un sonido molesto por lo bajo.
—¡Park! ¡Abre!
La voz apagada de Taehyung viaja hacia el dormitorio, y la expresión de Jungkook se oscurece aún más.
—¡Vamos, hermano, es una emergencia!
Mis hombros se tensan. Mierda. Por alguna razón, lo primero que pienso es que la verdad sobre mi orientación sexual estalló. ¿Cómo de egoísta es eso? Como si los medios de comunicación en Toronto no tuvieran nada mejor que hacer que informar sobre a quién se está tirando Park Jimin. Aun así, es mi mayor temor. Que el éxito que he tenido en mi primera temporada con Toronto será eclipsado, o peor, olvidado, porque ser un atleta profesional gay es una historia más jugosa.
—Esto podría ser importante —le digo a Jungkook , mientras intento transmitir con mis ojos lo infeliz que estoy con la interrupción.
Me meto en un par de pantalones de chándal y abro la puerta. Taehyung se precipita dentro llevando pantalones de chándal y una camiseta gris que muestra sus enormes bíceps.
—Gracias, joder —se queja—. ¿Tienes café? ¡Estoy desesperado!
Le miro con la boca abierta mientras asalta la cocina y comienza a abrir los armarios como si fuese el dueño del lugar. ¿En serio? ¿Casi rompió mi puerta porque quiere café? Tengo que morderme la lengua para detenerme de señalar que hay cientos de Tim Hortons en Toronto, dos de ellos dentro de un radio de tres cuadras de nuestro edificio.
—Qué suerte que seamos vecinos, ¿no? —Taehyung toma una taza del armario y se dirige hacia el otro lado del mostrador para hacer clic en la máquina de café.
¿Suerte? Estoy cerca de a diez segundos de cometer un asesinato. Excepto que sé que ese cuerpo gigante no encajaría en el armario del pasillo que alimenta al compresor de basura de nuestro edificio.
Mi corazón cae a la boca de mi estómago cuando noto la taza que está sosteniendo. Es una de una pareja, con la palabra SUYO escrito en ella, cortesía de la madre de Jungkook. Ella nos dio las tazas por las vacaciones, y honestamente puedo decir que es el regalo más reflexivo que he recibido. Quiero arrebatársela de su enorme mano decir "¡Mia!" Tal vez mear en ella, para marcar mi territorio. Pero Taehyung ya ha llenado mi taza preferida con café y está levantándola a su boca.
Se apoya en el mostrador y sorbe el líquido caliente, a continuación, deja escapar un suspiro de satisfacción.
—Gracias hombre. No puedo funcionar sin mi matutina vitamina C.
Me está dando las gracias como si amablemente le hubiese invitado a tomar una taza de café. Lo que no hice.
Pasos resuenan en el pasillo y luego Jungkook entra en la cocina. Se lanzó en un par de pantalones de chándal también, junto con una camisa azul de botones. La camisa está desabrochada, mostrando sus abdominales de tabla de lavar y piel lisa, dorada.
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US (HIM 2)
Fanfiction¿Pueden tus jugadores de hockey favoritos acabar juntos su primera temporada invicta? Cinco meses en la NHL, Park Jimin está teniendo una temporada de novato rompe récords. Está viviendo su sueño jugando al hockey profesional y volviendo a casa cada...