Capítulo 21

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JUNGKOOK


Una semana después

Es un déjà vu de nuevo.

Otra salida del hospital. Otra silla de ruedas. Otro grupo de buitres de los medios de comunicación acechando afuera y otra escapada rápida en un auto alquilado que Jimin tiene esperando fuera. La última semana ha sido un infierno. Me encontré en ese puto hospital otra vez. Pero estuve inconsciente durante los tres primeros días. Al cuarto día me desperté para encontrar tanto a mi madre como a la enfermera Bertha mirándome con expresión preocupada en sus rostros.

Nunca tengan neumonía. Simplemente no lo hagan. Es una verdadera perra.

Pero mi fiebre ya se ha ido definitivamente. Mi madre voló a California esta mañana con Jin y no puedo decir que no me siento aliviado, especialmente dado que él último se había ido. Amo a Jin, pero no estaba en un buen lugar esta semana. Se sentía tan increíblemente culpable de que hubiera tenido fiebre alta bajo su cuidado, que se pegó a mí como velcro todo el tiempo que estuve en el hospital. Mi madre tuvo que mandarlo a casa un par de veces cuando no podía aguantar más de sus muestras exageradas de amor.

Jimin y yo no hablamos cuando salimos del ascensor. Mis piernas se sienten un poco temblorosas y me tropiezo cuando estamos en medio del pasillo, pero cuando Jimin trata de tomarme del brazo, le frunzo el ceño. Estoy hasta la coronilla de ser mimado y tratado como si fuera un inválido.

Sin decir una palabra, su mano cae a al costado. Llegamos a nuestro apartamento. Jimin mete la llave en la cerradura y abre la puerta. En el interior, lanza la bolsa con mis cosas en el suelo y luego se para en el medio de la sala de estar, mirándome.

—¿Necesitas algo? —Su voz es ronca—. ¿Comida? ¿Ducha? ¿Té?

¿Té? ¿Cómo si fuera una anciana cuyo estómago no puede soportar un buen café?

Siento la amargura en la garganta. Me obligo a tragarla, porque no es justo para Jimin.
No es su culpa que haya atrapado una neumonía. Y sé cuán asustado ha estado durante esta semana.

Jugó otros dos juegos en la carretera antes de que pudiera venir a verme al hospital.

No es que me haya dado cuenta en mi estado comatoso. Pero el equipo no le dio licencia porque mi hermana y mi madre ya estaban en el hospital.
Esta mañana me dijo que ni siquiera recuerda  esos juegos, que estaba muy molesto y preocupado y que llamaba a Jin, a mamá y a Taehyung a cada momento libre que tenía.

Debería estar besando sus pies por ser un novio tan dedicado y amoroso. Pero no.

Sólo estoy... enojado. Con él. Con mi cuerpo. Joder, con todo. Y los medicamentos que me metieron en hospital esta semana están causando estragos en mi sistema. Me dieron esteroides esta mañana y me hacen sentir extraño. Es como una droga que me deja en un estado que no se ajusta exactamente con la ira y el resentimiento que siento en el estómago.

Jimin me mira con cautela.

—¿Cariño?

Me doy cuenta de que no he respondido a la pregunta.

—No necesito nada —murmuro—. Voy a tomar una siesta.

La decepción cruza su expresión. Hoy no tiene un partido y sé que probablemente esperaba pasar algún tiempo juntos. Pero no soy buena compañía en este momento. Estoy harto de estar enfermo. Odiaba estar en el hospital. Odio no poder volver a trabajar hasta... hasta quién mierda sabe cuándo. Llamé a Bill anoche y me ordenó que no se me ocurriera volver hasta, por lo menos, dentro de una semana.
No necesito otra semana. Sólo necesito recuperar mi vida.

US (HIM 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora