EXTRA 2-

1K 158 35
                                    

—Te ves hermosa, mi niña—mencionó mamá colocándome los pendientes

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Te ves hermosa, mi niña—mencionó mamá colocándome los pendientes.

Me había visto al espejo más veces de lo que podía admitir en voz alta, repasaba mi maquillaje, y el peinado, el vestido blanco pesaba un poco, me sentía como un hada, o algo por el estilo. Uxue me colocó el velo junto con dos pasadores que eran de su madre, debía llevar algo prestado. Estaba nerviosa, muy nerviosa y mi hermano no ayudaba.

Me habían hecho un moño bajo que hacia mi rostro mas estilizado.

Iba en un traje azul rey que resaltaba el color de sus ojos. Caleb no dejaba de decir que siempre había querido ir a una boda donde alguien se opusiera, giré para darle una mala mirada y me encontré a mamá al borde de las lágrimas.

—Estoy nerviosa, siento que el corazón me va a estallar.

Uxue sonrió con afabilidad.

—Te ves hermosa, mi Bri.

Entonces, mamá dejó salir un sollozo cuando nos escuchó.

—¿Estás llorando? —pregunté en un hilo de voz, las hormonas estaban acabando conmigo, la panza comenzaba abultarse un poco, pero la forma del vestido lo ocultaba a la perfección.

—No llores—advirtió Uxue echando aire con las manos hacia mi rostro—. Hoy es tu día, y ahora solo importas tú.

—¿Se imaginan? —cuestionó, Caleb ignorando el melodrama—. De la nada sale el villano de las películas y grita: ¡YO! —Todas pegamos un brinquito cuando gritó—. Yo me opongo.

Uxue le dio un zape.

—¿Quieres guardar tus deseos en el fondo de tu corazón? —dije.

—Que me hace un poco de ilusión—musitó.

—Tú no quieres hacer enojar a una mujer embarazada con nervios y hormonas al límite—comentó mamá dando un apretón en mi hombro.

La puerta se abrió y entraron casi corriendo Fabiola y Amber. Ellas iban a ser mis damas de honor, todas llevaban un vestido a blanco y negro, tenían un escote, y una abertura en la pierna.

Fabiola soltó un chillido interno cuando me vio y fingió que eso no había pasado.

—Acaba de llegar—soltó Amber.

Le sonreí, pero, el corazón comenzó a martillarme con desesperación, y aunque ya sabía como era su traje, no podía esperar a verlo. A estar frente a frente en el altar. Respiré hondo y dejé salir el aire por la boca para calmarme un poquito.

—Es hora de bajar—Uxue sacó a todos, incluyendo a Caleb que insistía en quedarse—. Nos vemos en un rato, y nada de llorar.

Asentí antes de que desaparecieran, estábamos en la parte de arriba del lugar que habíamos contratado para que yo pudiera arreglarme y no estar a las carreras. Era una especie de habitación completa. La parta baja contaba con un salón al aire libre, era espacioso y un lago con agua cristalina hacían juego a la visita.

EL DESEO QUE PEDÍ. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora