Nota #6: Lorna Shore-Of the Abyss

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From the carcass of a dead star
To the darkness of a blackened heart
We are one in the dust, in the nothingness
We are infinite, we are infinite 

Tal y como habían quedado, Astrid y Fernanda pasaron el fin de semana juntas, y así fue por varias semanas, viendo diversas series de animación japonesa. Como siempre los sábados estuvieron en casa de la dibujante, y de manera increíble algunas de las proyecciones captaron la atención de la bajista.

Los domingos se la pasaban en la casa de Fernanda, donde se ponían a escuchar algunas de las bandas favoritas de la bajista, tomando Astrid el gusto por unas cuantas de ellas.

Y los lunes a las ocho de la mañana, la bajista como en las últimas tres semanas, había llegado a casa de su compañera y la esperaba sentada en la banqueta. Después de la convivencia de los días de descanso, entre ellas había comenzado a desarrollarse una especie de vínculo, aunque Fernanda no se atreviera a llamarlo sentimental. Ambas disfrutaban de la compañía mutua.

Fer ajustó sus Skullcandy donde escuchaba In dying days, una canción de la banda que traía estampada en su playera: As blood runs black. No había llegado al coro cuando sintió un ligero toque en el brazo.

Al girar su cabeza, no pudo ocultar su asombro. Astrid vestía una blusa escotada que dejaba poco a la imaginación.

─¡Fer!

Por la espalda, Astrid la rodeó con sus brazos. Unos cuantos mechones azules le hicieron cosquillas en el cuello a Fernanda y el olor a canela del jabón perfumado le impregnó la nariz. Combinaba a la perfección con su shampoo de lavanda, su favorito.

─ ¿Cómo dormiste?

─A pesar de haberme acostado a las dos, no estoy cansada. Después de llegar a casa, le di unos retoques al dibujo que comencé anoche.

─Dijiste que ya habías terminado ─ Sacó dos cigarros y le ofreció uno.

─Eran detallitos que necesitaba arreglar. Pero no solo me puse a dibujar, también me arreglé las uñas.

Astrid estiró el brazo y agito sus dedos, un brillante barniz negro destellaba en cada uña.

─ ¿Puedo ver el dibujo?

Astrid busco en su mochila su cuaderno de bocetos y le mostró el resultado. Cuando Fer lo vio quedó sin palabras: cada detalle grabado con suma precisión dio como resultado un retrato de la bajista donde la expresión fría y calculadora en su rostro podría dejarte helada el alma. Parecía que en cualquier momento la Fernanda del papel cobraría vida. A petición de la dibujante, la bajista se había cambiado la playera por una blusa de tirantes que dejaban más expuestos sus tatuajes que en el dibujo fueron retratados a la perfección.

La noche anterior Fernanda lo había visto terminado, pero los retoques de Astrid lo completaron más. Su manejo del lápiz sobre el papel la acercaba a un profesional del dibujo. Sin embargo, toda la vida del retrato moría en sus ojos, carentes de brillo, un detalle que le hizo saber a la dibujante.

─¿Esto...? ─Puso cuidado de no tocar el papel al señalar sus ojos.

─No me lo tomes a mal ─Astrid se mordisqueo los labios y cerró el cuaderno─ pero así se ven tus ojos, apagados.

─Sé cómo se ven, pero resulta extraño que alguien que no sean los chicos note esos detalles.

Una pensativa Astrid desvió la mirada al cielo antes de contestar.

─Tienes unos ojos preciosos y sumamente expresivos, por eso reflejan bien tu tristeza.

─No se me da el sonreír.

La nota perfecta  (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora