Don't say it's getting better
All those endless days go by
A wishful dream comes true
We wasted so much timeSeptiembre y octubre pasaron como una bala para los chicos, sin embargo, el veintinueve del décimo mes era el día más doloroso para la familia Lancaster, era el cabo de año de la madre de Fernanda.
Hace cuatro años ya no estaba en la tierra, el vacío que dejó en la vida del señor Lancaster y de su hija Fernanda nadie lo había podido llenar, una parte del alma de ambos había sido destruida ese mismo día, cuando la dulce madre y amorosa esposa cerro por última vez sus ojos.
El día era lúgubre, Fernanda se puso un simple vestido negro con zapatos de piso.
Bajó las escaleras, sabía que este año haría el viaje sola para ver a su madre, sin embargo, tocaron la puerta, esto la extrañó, pero abrió.
Parados afuera los chicos de su banda, con Astrid enfrente de ellos, todos con trajes negros y corbatas, mientras que la gótica traía un vestido largo muy al estilo Morticia Adams, al igual que Emily que portaba algo muy similar a su amiga, sus amigas traían cada una un ramo de flores.
— ¿Qué hacen aquí chicos? —dijo sorprendida.
—Pues solo venimos a tomar el sol todos, con ropa negra para que así sudemos como nos gusta —contestó Amanda mientras todos pasaban a la casa de la chica.
Astrid entró directo a abrazarla dándole un beso en su frente.
—No estás sola princesita... —susurró la gótica sonriéndole, a lo cual Fernanda hundía su rostro en el cuello de su amada inundándose del aroma de esta, sintiéndose segura, en su hogar; los brazos de la dibujante.
— ¿Y tú papá? —cuestionó Erick.
— No puede ir hoy.
— ¡Te pensabas ir sola! —exclamó Michael
La bajista solo asintió ocultando su rostro en el cuello de Astrid otra vez.
— Fernanda ¿Tanto te cuesta pedirnos ir contigo? —dijo Robert viéndola un poco enojado.
La voz de la músico era pequeña.
— No me gusta molestarlos con mis tonterías.
Todos alcanzaron a percibir la ruptura de su voz, estaba al bordo no solo de un llanto si no un ataque de pánico, lo cual hizo que Astrid reaccionara, tomando las manos de Fernanda y viéndola a los ojos.
— Vamos princesita, respira, inhala —sostuvo su mirada mientras la bajista intentó calmarse suspirando –, ahora exhala.
Astrid formaba pequeños círculos en las palmas de la castaña haciendo que esta respirara al compás de los mismos para calmarse.
Los demás la veían, nunca habían presenciado algo así, por lo general Fernanda al tener un ataque de pánico la tenían que abrazar entre dos de los chicos para que no hiciera nada malo como lastimarse, cortarse o golpearse con algo, pero al observar cómo actuó Astrid, como si estuviera preparada para todo con la bajista, jamás habían visto a la castaña tan tranquila, ella amaba a la gótica y pasaba lo mismo con la gótica, adoraba a esa niña que tenía a su lado.
— ¿Más tranquila princesita?
Fernanda solo asintió bajando la cabeza apenada
— Perdónenme...me veo pat.,,—comenzó a decir.
El dedo de la gótica la silenciaba.
— No dejaré que termines esa frase cariño, así que sácala de tu mente y prepárate para que vayamos a ver a mi suegra —mencionó la artista mientras acariciaba el rostro de su amada.
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La nota perfecta (Editando)
RomanceFernanda Lancaster, una de las estudiantes más populares de la Universidad de Boston, cursando la carrera de producción musical, es también bajista de la banda de Deathcore Beyond the Light. A sus veintidós años, Astrid Lowllet sueña con montar una...