Legs of porcelain traced and laced to their lair
Appease the beast on spattered sheets
Dyed unearthly red as sobriety weeps
Nocternity...
She shall come for meAstrid se había quedado en el cuarto de Fernanda todas las noches de esa semana dormida a su lado, la abrazaba ya que a veces se despertaba teniendo pesadillas o llorando, le estaba rompiendo el alma a la gótica al verla así, tenía mucha rabia guardada, quería golpear a Jacobson hasta que no pudiera más, todo lo que había avanzado con la bajista se había ido por la borda por culpa de un tipejo nefasto que no recibió lo que se merecía, tenía que hacer algo al respecto.
Fer durante toda la semana había estado muy callada y sin ganas de nada, iba a la escuela, al ensayo donde se notaba que no estaba al cien, tocando a veces a destiempo de sus compañeros, olvidando afinar su bajo, dejando pasar partes de las canciones. Todos se estaban preocupando por ella, sin embargo, ella solo decía que estaba bien, estaba encerrándose en su mente de nuevo.
La alarma sonaba a las siete de la mañana despertando a Astrid quien solo había podido dormir de las cuatro hasta esa hora, pareciera que se le había olvidado quitarla, pero notaba que Fernanda no estaba en la cama, sentía la ausencia de su calor, levantándose se dirigía hacia la cocina donde usualmente estaba la chica a esas horas cocinando, la encontraba viendo hacia la nada con el agua cayendo de la estufa, habiendo puesto a calentarla para el café matutino, la dibujante de manera rápida apaga la estufa y con un trapo había quitado la tetera del lugar, para posteriormente acercarse a Fer y tocaba su rostro.
—Háblame amor... ¿Qué puedo hacer? —El susurro de Astrid estaba lleno de pesadumbre, dolor y frustración.
La bajista alzaba la mirada tristemente intentando sonreír.
—Lo siento...ahorita hago el desayuno. —Se movía por inercia hacia el refrigerador sacando el cartón de Leche, sin embargo, se le caía lo cual alertaba a Astrid quien lo recogía antes de que se comenzará a regar más de la cuenta, lo guardaba, para que después tomará la mano de Fernanda guiándola de nuevo a su cuarto, cerrando la puerta detrás de ella, sentándola en la cama mientras que ella la abrazaba, arrullándola.
—Pequeña...dime ¿Qué puedo hacer? —Susurraba mientras acariciaba su cabello.
—No sé...por más que me tallo siento sus manos agarrándome, siento sus dedos dentro de mí.
Esto la hacía temblar de angustia.
—No sé qué decirte Fer...solo sé que estoy contigo...toda la vida...esto no nos separará
-Se que lo tendré que ver de nuevo...sé que tendré que enfrentarlo en la escuela...seré su trofeo...se podrá burlar de ti. —Musitaba Fernanda llorando.
—Me vale lo que él diga, te obligo a algo, eso no es digno de presumir, para mí no fue un engaño, fue un acto donde demostraste ser la persona que más me ama en el mundo, te pusiste en la línea del peligro solo para qué yo estuviera a salvo. —Pasaba sus manos de manera lenta por la cabellera de la castaña.
—Solo quiero que tú me toques, nadie más, siento que después de esto tu no me deseas...—Suspiraba Fernanda de manera triste, bajando la cabeza viendo hacia el suelo.
Astrid se daba cuenta de esto, si bien no quería forzarla, la chica no había besado tanto a Fernanda en la semana, no habían hecho nada más allá de abrazarse y un esporádico roce de labios, ahora entendía mucho del dolor que tenía Fer, el por qué estaba así, no tanto por lo sucedido sino por cómo había reaccionado la gótica a ello, no buscaba hacerle eso a la chica, ella solo quería amarla, mostrarle que lo que había pasado no importaba, la bajista se quería sentir deseada y digna de su novia nuevamente.
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La nota perfecta (Editando)
RomanceFernanda Lancaster, una de las estudiantes más populares de la Universidad de Boston, cursando la carrera de producción musical, es también bajista de la banda de Deathcore Beyond the Light. A sus veintidós años, Astrid Lowllet sueña con montar una...