Nuestra relación iba viento en popa, parece que era verdad que a veces es necesaria una pequeña pelea para avivar la flama, por que el superhéroe se había esmerado en seducirme para ser penetrado y habíamos tenido orgasmos literalmente de otro mundo.
Hoy además, era una noche importante; era el baile de inicio en la universidad y Max me acompañaría como mi pareja. Lo habíamos conversado y me dijo que no me preocupara pues nadie nadie lo reconocería.
Estaba atándome los cordones de los zapatos cuando desde el baño apareció en tono jocoso mostrándome su outfit de novio normal. Vestía unos pantalones de tela que dejaban entrever que era un hombre muy bien dotado afirmado con un cinturón que coronaba esas nalgas que me hacían babear a cada rato así que recordé llevar un pañuelo. Su pectorales y abdominales de fisiculturista eran difícilmente disimulados por una camisa que seguramente reventaría si hacia esa pose de doble bíceps que tanto me gustaba. Pero lo que mas me llamó la atención es que su cara iba normal y descubierta, sin gafas, son bigotes, sin colorantes... nada que ocultara el rostro del superhéroe que conocía el mundo entero.
Yo: "Pero Max, todos te reconocerán"
Max: " No te preocupes, nada que un poco de super concentración no pueda influir en sus mentes; jamás sabrán que era yo. Tú podrás seguir degustando de mi rostro, pero para los demás sólo seré tu novio guapo y musculoso".
Y bueno confiando en mi supernovio nos montamos en un taxi hacia el baile. no se cuantas veces me hizo ver lo lento que íbamos, creo que era la primera vez que no volaba hacia alguna parte y estaba muy nervioso, eso lo noté porque hizo pedazos con su dedo el control de la luneta y al bajarnos casi arrancó la puerta, por suerte la soldó de inmediato y el conductor sólo sintió un portazo.
Yo: "Contrólate Max"
Max: "Lo lamento, es mi primer baile. Ya sabes que no estoy acostumbrado a convivir con las personas, hace calor aquí". Y se desabrochó un botón dejando entrever el borde de lo que yo sabía era nuestro secreto rojo, pero para otros solo seria un polera interior.
Era obvio que no pasaría inadvertido con mi supernovio, primero porque nadie en la U sabía que yo era gay y segundo por que Max por si sólo se robaba las miradas, así que muchos y muchas se acercaban a conversarnos e incluso felicitaciones recibía, por lo que no sabia si alegrarme o enojarme.
Todo iba bien comimos, bailamos y conversamos hasta que avanzada la noche me di cuenta que Max jugaba a doblar los servicios y derretir las velas de algunas mesas, por suerte nadie lo había visto...
Yo: "Max , que diablos haces?"
Max: "Es que estaba un poooco aburriiiido... Quieres volar?".
Cuando le sentí el halito a alcohol no pude creerlo, mi novio se había emborrachado en su primera fiesta y estaba jugando ha hacer super tonteras. Así que lo tomé de la mano para irnos pero él se puso a bailar y claro, traten de soltarse de un hombre que tiene manos de grilletes. por fin cuando entendió que debíamos irnos, fui a buscar nuestros abrigos cuando de lejos observe como había partido una mesa en dos cayendo todo su contenido al suelo. En su defensa pude decir que sólo le puso un dedo encima y de seguro los muebles ya no los hacían como antes, así que lo tomé y salí de ahí sin dar mayores explicaciones.
La idea en un principio era volver volando a la casa, pero dadas las condiciones, no quería arriesgarme a chocar con un avión y mandarlo al espacio, así que debíamos buscar un taxi. Que puedo decir, en mala hora a un ladrón se le ocurrió asaltarnos, pobrecito si hasta pena me dio cuando vi que Max primero derritió su revolver y por surte no llegó a la mano y luego lo levanto con ambos brazos sobre su cabeza, apareciendo sus bíceps pues yo sabía que no durarían mucho guardados en esa camisa... se elevó y empezó a girar como un taladro, cuando bajo tanto el ladrón como Max cayeron mareados al suelo, el ladrón trato de escapar pero Max fácilmente lo alcanzó y lo dejó apresado colgando con los fierros en una escalera de emergencia. Yo hace rato que quería que lo dejará en paz, pero no me escuchaba mucho, pero bueno, después de eso el malhechor seguro buscaría un empleo.
Gracias a Dios encontramos un taxi y esta vez abrí yo la puerta y lo metí dentro asegurándome de sostener sus manos, cuando nos detuvimos en un semáforo, Max considero que se demoraba mucho y lo pulverizó con su vista dejando un pequeño agujero en el techo. el chofer solo se asusto por el semáforo sin percatarse de lo que adentro sucedía, en los siguientes semáforos también tuve que taparle los ojos... Al fin llegamos a casa, pero el super borracho no quería entrar quería seguir paseando, debe haberse visto chistoso yo tirándolo de una mano y el queriendo volar, a veces me elevaba y otra veces yo lograba llevarlo a tierra hacia la casa. De pronto su mirada cambió y se soltó de mi mano tomado pose de superhéroe, se abrió la camisa mostrando su enorme pectoral y prontamente ya estaba con su traje; avanzó un poco hacia al jardín pero le vino un nuevo mareo, por suerte estaba el árbol para sujetarse, ese árbol que de un sólo empujón saco de raíz y lo mando quien sabe donde cayendo él al suelo. Luego se paro no muy discretamente y me fije que algo escuchaba con su super oído.
Max: "Oh... Claro que que no. ni creas que te dejaré hacerlo" y dicho eso me sonrió y se elevó en zigzag desapareciendo en la noche estrellada. Ahora sí que no tenía idea que estaba planeando y que podría hacer un superhombre totalmente ebrio.
(Próximo Capítulo: "Hungover - Una Resaca de Otro Nivel")
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MaxiMan
Science FictionEra un superhéroe, una fantasía lejana, inteligente, super poderoso, musculoso y muy atractivo en su traje rojo. Volaba como Superman por los aires ayudando sin jamás pronunciar palabra, hasta el día que me vio.