14. El Amante de Maximan

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Las vacaciones de Néstor ya finalizaban y esta vez de modo de ser consecuente con su consejo, prefirió tomar un vuelo comercial a Australia, así que lo llevamos al aeropuerto y le dimos las gracias por todo.

Una vez que tomó el avión, Max desapareció y vi sólo  como un rayo rojo pasó por entre las ventanas, seguramente había otra emergencia, aunque también le había solicitado que vigilara que el vuelo de Néstor llegara bien. En estas semanas habíamos estado muy bien, yo había disfrutado con mi novio que cada vez era más un humano común y bueno el superhéroe había tenido también muchas emergencias, dado que habían habido muchos robos intrigantes que no se podían resolver, pero eran temas de los cuales no hablábamos mucho para separar las cosas. Sólo nos faltaba el tener un buen sexo sin represiones y ahora que Néstor ya no estaba, seguro retomaríamos ese ejercicio.

Máximan estaba en una de sus emergencias, mientras  yo preparaba una recepción digna para la noche; velas, aromas exóticos, sabanas nuevas de seda y delicadas notas de música ad hoc para dar ambienta y esperar a mi novio para darle todo cuanto había estado esperando.

Cuando sentí el aire silbar supe que ya venia, ya me había acostumbrado a ese sonido; al bajar era increíble como cruzando la puerta se cambiaba inmediatamente su supertraje por un atuendo casual, así que lo tomé de la mamo y lo llevé de inmediato a la pieza, él se rio con esa sonrisa fascinadora y me besó sentándose en la cama... y con su  dulce voz mee tomó de ambas manos y me miró manteniendo su sonrisa.

Max: "Está todo muy hermoso Daniel, pero hoy tuve demasiado trabajo y esfuerzo; y estoy muy cansado, podemos dejarlo para mañana... te parece?".

Yo estaba toralmente confundido, Maximan no podía estar cansado, eso no existía para él... yo creo que ni siquiera estaba en su vocabulario; me sentía confundido pues algo no me cuadraba. Le di un beso de buenas noches en su boca la cual tenía un gusto algo amargo... beso el cual sentí que no me me respondió.

Yo: "Si claro, en realidad yo también estoy algo cansado".

Apagamos las velas una a una sin super soplidos, corté la radio y me acosté en esas deliciosas sábanas que serían las únicas caricias que recibiría esa noche. Era la primera vez que durmiendo acompañado por mi novio, me sentía tan solo y para colmo, él como nunca, comenzó a roncar.

En la mañana al despertar, Max ya no se encontraba a mi lado así que ni siquiera desayuné y me fui a trabajar, en la Universidad tampoco llegó a nuestro almuerzo el cual ya no era en la azotea sino en el casino como todo un hombre normal y donde yo aprovechaba de pavonearme con todos y todas, la suerte que tenía de amar y ser amado por ese hombre. 

Casi ya terminaba mi emparedado para volver a clases cuando un extra apareció en la gran pantalla del comedor, generalmente se trataban de rescates de Maximan así que me acerqué para saber en que estaba. Creo que nunca habría imaginado esa noticia, no me pude contener y mis lágrimas brotaron rápidamente, mientras los demás estaban con sus caras de asombro. Nunca pensé que aquel superhombre que todo el mundo idolatraba y yo amaba, nos iba a defraudar de tamaña manera, en realidad me defraudaba a mí, porque para el público en general sólo era una violación de su vida privada.

Periodista: "Interrumpimos nuestra programación habitual para llevarles a ustedes las primeras imágenes del hasta ahora desconocido novio de Maximan, el cual él mismo indicó de su existencia en esa histórica entrevista llevada a cabo hace unas semanas atrás. Este video grabado en la lujosa  suite del edifico Empart en pleno centro de la ciudad, muestra tanto al superhéroe con su novio en una acaramelada cita que fue grabada por el atendedor y se hizo viral. El novio del superhombre fue identificado como Pablo Montes y trabaja como instructor de fitness. De seguro ambos practicaron diferentes técnicas para poder estar en esa musculosa forma". 

Y así bromeando terminaba el extra noticioso dando paso a programas de farándula y a la comidilla que tuve que soportar en cada parte del pasillo. No terminaba de salir del casino cuando en la puerta una figura en estrechas mangas de camisa a punto de descoserse, con un pecho abultado y un botón perdido; junto a manos en los bolsillo disimulando un tremendo paquete; se encontraba en la puerta para hacerme frente.

Max: "Déjame explicarte".

Yo: "No quiero hablar ahora".

Max: "Por favor, déjame explicarte!!"

Yo: "No quiero hablar ahora te dije"... se lo grité y le di una cachetada que obviamente me dolió demasiado y seguramente su cara ni siquiera la sintió, pero debe haber llegado a causar dolor en su corazón pues se quedó paralizado mirándome y rodeado de diversos testigos que no tenían ni la menor idea de porque la pareja romántica del casino ahora peleaba. Así que aproveché su perturbación y me fui corriendo susurrando para mí... "y no me sigas, o me mato"... sabiendo que el superhombre me escuchaba claramente.

Sali entre sollozos y carreras de la universidad sin siquiera pensar en pedir autorización, en realidad no podía pensar en nada sólo recordar la imagen en la televisión y recordar que ese hombre era el que habíamos encontrado esa noche en la discoteque; seguramente Max lo contactó y quizás desde cuando me estaban viendo la cara y por eso el super traidor andaba tan perdido de la casa. No dejaba de llorar y los sentimientos de rabia, odio e impotencia me ahogaban; en qué me habría equivocado tanto, cómo me podía volver a suceder esto a mí; recordaba mi ultima relación cuando fui estafado y sólo quería morirme, quizás no era tan mala idea, así que fui corriendo hacia el puente cerca de la universidad; quizás para ordenar mis ideas o quizás para no tener más pensamientos nunca más... cuando llegara al lugar...lo decidiría.

Sabia que el superhombre me seguía con su vista y su oído, pero no se atrevería aparecer ante mi vista si aún le quedaba algo de decencia. Cuanto se había equivocado Néstor, yo sabia que algo andaba mal; cuánto me había equivocado yo.

Ya en el puente sólo pensaba en que nuevamente lo di todo y había sido vuelto a engañar, seguramente ese era mi defecto, no ver que sólo jugaban conmigo... Él podía tener a quien quisiera en el mundo y bueno decidió jugar un rato conmigo y ya se había aburrido.

Pensé en dar un paso a mi destino, pero yo era muy miedoso para suicidarme; aunque sabía que él me veía y quería hacerlo sufrir, así que cada cierto rato hacía como que saltaría porque sabía que de alguna forma u otra algo del sentimiento por mí le quedaba y sufriría o por lo menos eso yo quería pensar para sentir algo de alivio..

Ahora entiendo porque no todos podemos tener superpoderes, estaba tan dolido que no se de qué sería capaz o lo que le hubiera hecho a ese tipo o al mismísimo Maximan. Lloré hasta que ya no me quedaron lágrimas y casi llene el río bajo mis pies; cada cierto tiempo sentía la presencia del superhéroe, lo miraba hacia atrás pero sólo había ráfagas de viento donde tenía la certeza de que alguien había estado, sólo quería que estuviese ahí para seguir golpeándolo, pero ya me dolía mucho el corazón para que me siguieran también doliendo las manos.

En el intertanto se sintieron algunas sirenas en la ciudad, así que me levanté y fui a la casa, de seguro el superhombre estaba ocupado y yo no tenía otro lugar donde ir, me imagino que me dará mi espacio para meditar como se lo pedí. 

Por  lo menos aquí no está, la cabeza me da vueltas de tanta cosa, sólo quiero dormir y ojalá no despertar jamás, me tumbe en la cama e intente cerrar los ojos, pero ya me dolía la cabeza y me di cuenta que el río no se había llevado todas mis lágrimas pues algunas aún humedecieron mis sábanas nuevas de seda.

Sabía que tendría una conversación con Maximan , sólo para aclarar que vería mis cosas con calma para ordenarlas y poder irme, mal que mal, me debía ese tiempo y espacio pues yo no había sido el que violó la confianza de nuestra relación y él se podía quedar a dormir en Marte si quería, ese ya no era tema mío.

Sentí nuevamente ese conocido viento silbar, el traidor llegaba a casa mientras cruzaba el ventanal me miro y no dijo palabra, esta vez mantuvo el supertraje puesto pero se veía algo más pequeño cabizbajo, sin su pose de superhéroe, sin sonrisa y sin ojos azules brillantes sino que bastante rojizos y apagados. 

Mientras doblaba mi ropa, tome el vaso de wisky que me había servido y me senté en el sofá a esperar, esperar que se desahogara hablando mientras yo ocuparía mi tiempo en hacer como que lo escuchaba para aprovechar de pensar en qué haría con mis días futuros... total a fin de cuentas de todo lo que dijera, qué podía justificar una infidelidad.

(Próximo Capítulo: "Desintoxicación en Desamor")

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