18. El Dios Sometido

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Me di cuenta que iba a ser u gran día ya cuando Max se ofreció a colocarme el bloqueador solar, mientras los chicos preparaban su mochila, el superhombre comenzó a cubrir mi piel con la loción de tal manera que mi erección no se hizo esperar, tan sólo unos masajes más y me hubiese hecho eyacular frente a la vista y paciencia de mis amigos, pero fui muy fuerte y le dije que ahora yo debía preparar mi bolso, lo cual no fue muy buena excusa pues en segundos ya me tenía todo listo.

Max: "Yo la llevo no pesa nada. Creo que lo primero para recorrer es que conozcan la pirámide es muy interesante y nunca ha sido explorada por la civilización moderna, en realidad ni siquiera la han descubierto".

Luego de unos minutos de caminata por la frondosa selva llegamos a los pies de una majestuosa pirámide, al observarla vimos los miles de peldaños que tenía para escalarla y cuando ya nos habíamos hecho los ánimos y nos disponíamos a subir, vi como Max levantaba un bloque gigantesco en toda la base de la pirámide, dejando libre una entrada hacia el interior de la estructura.

Max: "Dentro hay muchos túneles con diferentes sorpresas que los sorprenderán, creo que se divertirán mucho y podemos jugar al laberinto".

Néstor: "Pero y si nos perdemos?, además no se ve casi nada".

Entonces Max cogió unos palos y con su mirada calórica los hizo arder casi como magia. 

Max :"Eso les iluminara el camino y bueno, jamás se perderán estando yo aquí pues siempre"

Así que ya bastantes más relajados con la seguridad que te puede dar la omnipresencia de un super musculoso superhéroe que además es mi novio, nos adentramos en la pirámide y comenzamos a separarnos buscando las sorpresas que Max nos comentó que habían; y cada cierto tiempo él se nos aparecía a cada uno para que no nos preocupáramos o nos sintiéramos solos.

Realmente no sé qué sorpresas hallarían los otros, pero en mi camino apareció una cámara llena de vasijas e implementos de oro y muchas joyas, era increíble y muy vistoso; y en medio de todo ello un tesoro espectacular, él mismísimo Dios con pose de protector, la cabeza altiva con el mentón fuerte respingado, los brazos cruzados con los bíceps a punto de estallar al igual que los músculos pectorales que siempre eran realmente impresionantes y más abajo se notaba su impaciencia porque lo poseyera, apretando esas piernas que fácilmente podrían destrozar los bloques de piedra de la pirámide. Me acerqué lentamente como cuando uno entraen una tienda de mall, mirando por aquí y por allá sin mucha prisa, tocando todas las baratijas que allí se encontraban mientras él me devoraba con la mirada; luego sólo con su mirada calórica encendió muchas antorchas que estaban apostadas alrededor de la cámara.

Max: "Creo que se necesitaba algo de luz para que apreciaras mejor" y comenzó a flectar los bíceps y hacer poses de su esculpido cuerpo.

Yo: "En realidad encuentro mucho más excitantes las penumbras". Y dicho eso, al instante una ráfaga de aliento helado apagó de inmediato casi todas las antorchas.

Max: "Como tu desees" , y lo dijo poniéndose en pose de reverencia sin quitarme los ojos ardientes de encima.

Luego, volviendo a su pose de macho protector, la que a mí ya me tenía bastante duro pero lo supe disimular extasiado viendo las chucherías de oro, me fui acercando más y más paso a paso, aún sin verlo directamente a los ojos como no dándole gran importancia.

Max: (doblando una vara de oro y dándole forma de corazón) "Deseas algo de lo que ves, todo lo que está aquí dentro puede ser tuyo con tan sólo desearlo"; "Ups, perdón... necesito algunos segundos para que los otros no se preocupen, voy y vuelvo".

Yo: "Ve?, no te preocupes, yo por mientras me pondré cómodo". Y sólo sentí como una pesada figura de corazón de oro caía al suelo y  la brisa al pasar por mi lado que  juraría me robó un beso. Pasados unos minutos me acerque al centro de la cámara donde había una especie de altar con cojines, aunque yo creo que esos no estaban antes pues se sentían nuevos y con un delicioso perfume; así que me tendí a admirar y esperar, lo que no duró mucho pues prontamente llego el superhéroe y se sonrió maliciosamente cuando me vió.

MaxiManDonde viven las historias. Descúbrelo ahora