𝐇𝐔𝐑𝐓 ||| [ᴛᴀᴋᴇxᴀʟʟ]

18°- The bridge of destined souls.

“La forma de amar cualquier cosa es darse cuenta de que podría perderse”.

La vida de Draken siempre estuvo poblada por el aroma del perfume de Emma, esos dos era “la sincronía perfecta”, esa melodía que escuchas y que solo con la primera vez quedas completamente enamorado de lo que significa.

Emma y Draken siempre merecieron ser felices y tener la vida que ahora tenían, Takemichi podía sentirse pleno al saber que su amigo de dragón tatuado vivía con plenitud junto a la mujer que amaba, Emma Sano y Ken Ryuguji eran “las almas gemelas”, simplemente eso y nada más.

Mientras el aire golpeaba su rostro y podía escuchar algunas de las hojas de otoño siendo pisadas en aquel puente en el que estaba recargado, no podía evitar pensar en la primera vez que supo que Draken correspondía los sentimientos insistentes de Emma, la chica realmente gustaba de aquel alto, quería que la mirara, pero el de trenza estaba tan convencido que no merecía el cariño de la Sano por sus circunstancias al nacer y quien era que por obvias razones no se quiso acercar a ella de forma romántica aunque quisiera.

Emma era joven, una niña, Emma era ingenua y pensaba que si la miraban otros chicos al menos así Draken aunque fuera, le regalaría un poco de su atención. No había otra forma de decirlo, simplemente así, con una incontenible sonrisa y los labios pintados de rosa, ella realmente quería que Draken aunque fuera una vez le mencionara lo linda que era para él. Pero nunca ocurrió, oh claro, nunca fue una prioridad para Draken quien se convenció de que, cuando tuviera una mejor vida quizás podría acercarse a Emma para intentar conquistarla, cuando no viviera en un burdel rodeado de más chicas, cuando tuviera un trabajo estable y pudiera darle a la Sano todo lo hermoso que merecía.