❝ C u a t r o ❞

3.3K 405 26
                                    

—¡YoonGi espera! No hagas lo que sé que harás. —Rogó ChanYeol. 

—¿Qué cosa? —Siseó haciéndose el inocente. —¿Demandarte al Alto Mando por esta inconcebible falta siendo el Alfa Líder? Oh no, cómo crees.

 —Si no dices nada te daré todos los documentos del Omega y me encargaré personalmente de que JungKook no lo vuelva a ver. —YoonGi alzó una ceja, prestando atención. —Sé lo importante que es para ti el cuidado de los Omegas, llévate al de Jeon, pero juro que después de éste no habrán más Omegas maltratados. 

El pelinegro sonrió complacido, principalmente por la "alianza" que se formó cuando ChanYeol le entregó sin problemas a un Omega de su manada. Los Omegas eran considerados joyas en sus manadas, dependiendo del lugar adonde pertenecían podían portar características que los hacían mejores opeores y por ello, entregar a un o una Omega a otra manada significaba alianza y amistad. Solamente con entregar a JiMin a la manada de Daegu, ChanYeol le prometió a YoonGi que en caso de una posible guerra ellos serían sus aliados sin importar qué.

 Daegu era un difícil pero llamativo objetivo que los rebeldes querían para destruir y que constantemente estaba bajo amenaza de guerra. La manada más grande de Corea del Sur —Aparte de su gran terreno para cazar y recolectar.— Poseía algo que ellos ansiaban; el poder. Daegu podía teneralianzas con muchas manadas, pero tenían también la protección de la "Gran Seúl" que a pesar de tantos siglos, siguió siendo la Capital de Corea. No se desarrolló como manada, pero los hombres lobos que vivían allí eran personas de gran poder igualmente. 

Tener una alianza con la Gran Seúl sólo indicaba la superioridad en dinero, poder y estatus que acompañaba a la manada dirigida por Min YoonGi.

 —Trato hecho. —Ambos sonrieron y estrecharon sus manos. —Para reafirmar nuestra alianza enviaré a un Omega de mi manada, pero si me entero de alguna clase de maltrato, sabes lo que sucederá Park.

 —Soy consciente de ello, Min. 

— ◇ — 

—Bienvenido señor ¿Desea algo de tomar? —La chica se acercó rápidamentemientras que arreglaba sus cabellos y su vestido con torpeza. YoonGi la miró curioso, las sirvientas nunca estaban tan desarregladas.

 —No gracias, JiSoo. ¿Qué te pasó? ¿Un huracán atravesó la mansión? —Cuestionó. La Omega se sonrojó, darle una mala impresión al Alfa Líder era un terrible pecado para un sirviente. 

—No señor, disculpe. Es que SeokJin oppa nos reprendió por las vestimentas que le dejamos a el nuevo chico que tiene a su cargo.

 —¿Las usó de trapeador como castigo? 

—No, no. Estoy así porque de castigo se nos mandó a limpiar lugares... Un tanto... —JiSoo vaciló, decir aquello era vergonzoso. Nunca en su vida había limpiado un lugar así, pero los Omega Cría estaban a cargo de los sirvientes, a parte de los Omegas que se les asignaban para cuidar. Por más que quiso, ordenar y limpiar ese lugar era su obligación simplemente porque Jin así selo ordenó, si no hubiese huido sin dudar. 

—¿Qué las hizo limpiar? —YoonGi suspiró, su primo SeokJin era un monstruo cuando se lo proponía.

 —El Centro Estral... Recientemente varios Omegas tuvieron su celo y pues...Los juguetes y esas cosas estaban sucios... 

YoonGi sintió un escalofrío de asco recorrer su cuerpo. —No me sigas contando JiSoo, ve a arreglarte. —La chica asintió y con la cara roja corrió a la planta baja, lugar donde estaban las habitaciones de los sirvientes. 

El Centro Estral era un sitio que nadie en su vida desearía limpiar. Si bien tenía una importante función que constaba en mantener allí a los Omegas sin Alfa durante su celo y así evitar violaciones, marcas o embarazos indeseados, igualmente era asqueroso de asear una vez usado. No podía creer que SeokJin hubiese sacado a las sirvientas de la mansión para llevarlas a limpiar aquellos cuartos como castigo. Que cruel... 

—¡Oh YoonGi! Volviste, mocoso. —Decía SeokJin, quien traía ropas en sus manos, ropas muy femeninas a su parecer.

 —No le faltes el respeto a tu superior, querido primo. —Se burló, viendo a Jin rodar sus ojos. —¿Qué harás con esa ropa?

 —Tú serás muy Alfa Líder de Daegu y bla bla, pero yo soy un año mayor y debes llamarme hyung. —Ahora fue el turno de YoonGi para rodar sus ojos con fastidio. —No es para mi, es para el Omega a mi cargo. Las mocosas no colocaron siquiera ropa interior en su closet  ¿Puedes creerlo?

 —Eres un exagerado, ya me contaron del castigo que les diste.

 —¡No es exagerar! ¿Ellas pensaban que lo dejaría con sus cositas al aire? ¡Pues no! Hay que tener algo de pudor.

 —¿Hurgaste el armario de las mucamas o qué? —YoonGi sabía que las sirvientas nunca regalarían sus pocas ropas aunque fuera por una disculpa, por lo que sólo quedaba en sospecha que aquellas ropas pertenecían a las mucamas o de las cocineras.

 —No soy un ladrón, fui con las costureras y me dieron esto, son los pedidos que nunca buscaron ni pagaron. Como ya te dije, elegí los suéteres más lindos ¡A cierto! Y estas camisas, eran las últimas que quedaban. —Dijo, mostrándole las prendas a su primo con emoción. 

—¿No buscaste zapatos? 

—No conseguí, además, dudo que salga de la habitación. —SeokJin subió las escaleras al segundo piso, dirigiéndose a los pasillos de la derecha. Depronto, el Omega se percató de que YoonGi le seguía. —Hey, Alfa Líder, ¿Notienes cosas más importantes que hacer en lugar de seguirme? 

—Realmente no. HoSeok no me ha dicho na... 

—¡YoonGi, hermanito! —Gritó HoSeok, apareciendo de la nada. —Que bueno que volviste, esta mañana encontraron a unos rebeldes infiltrados que tenían los uniformes de nuestros guardias dentro de la mansión.

 —¿Qué hicieron con ellos? 

—Les dimos la advertencia de siempre. Logramos sacarles información, acá están todo los nombres y datos que se dignaron a decir tras horas de tortura. —Dijo sonriente, al parecer la palabra "tortura" no afectaba en absoluto al peli-naranja. HoSeok le entregó la carpeta con los documentos dentro. —Espero que ambos tengan un día lindo y lleno de esperanza. —El hombre se despidió de su hermano y primo, desapareciendo del pasillo en pocos segundos. 

—Bien, parece que ahora sí tengo cosas por hacer. —Decía, dirigiéndose a SeokJin. —Conoceré a "tu bebé" más tarde.

 —Jiminnie no es un bebé YoonGi, hasta luego. 

El Omega mayor tomó el camino contrario al de YoonGi, ambos dirigiéndose a lugares diferentes. Ya después iría a conocer al pobre Omega que SeokJin tenía a su cargo.

(••𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊••)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora