❝ S e s e n t a y d o s ❞

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—No creo que sea una buena idea. —JiMin decía, mirándolo fijo. —BonHwa podría acusarte. Si lo que desea es intentar hacerme sentir mal, que lo haga, no importa.

YoonGi suspiró, dándole un trago a la copa de vino a su lado. —No lo permitiré. Está cometiendo un delito. La ley de las manadas prohíbe ese tipo tratos y tienen una pena enorme. —el Alfa cruzó sus brazos encima la mesa, que estaba cubierta por un delicado mantel. —Sé que BonHwa está planeando algo. Ese idiota es astuto, lo conozco desde hace años y sé que hace lo posible por salirse con la suya.

—Tal vez sólo no le agrado. En algunas ocasiones es así, no hay de qué preocuparse. Ahora, deja de arriesgarte por tonterías. —JiMin soltó una pequeña risa. —Es una orden, Alfa.89YoonGi sonrió de regreso. En ese mismo instante, el líder de la manada este de Incheon apareció junto a su preciosa Omega, impidiéndoles continuar la conversación. Ellos hicieron una sutil reverencia como saludo, igual de sonrientes. YoonGi se levantó de su asiento y a su vez JiMin hizo lo mismo, saludando de igual forma a la pareja contraria.

—Es un honor para nosotros haber sido invitados a esta celebración, señor Min. —el hombre decía. —Sólo se está hablando de ustedes en este momento, se ha causado un gran revuelo. A todos nos alegra que finalmente hayan decidido dar este importante paso.

—Muchas gracias, señor Choi. También es un honor tenerlos aquí. —el pálido contestó, imitando la sonrisa del otro. —Espero que nuestro emparejamiento siempre sea bien recibido. —dijo, su lengua saboreando el sentido oculto en esa oración. Realmente, esperaba que eso sucediera.58Simplemente esperaba no ver a JiMin decaído una vez más, llamándose a sí mismo defecto o diciendo que algo estaba mal con él.

—Nosotros esperamos que así sea. —la Omega contestó, su brazo rodeando el de su Alfa. La chica se dirigió hacia JiMin, amable y con una suave elegancia. —Espero de corazón que la Luna los bendiga con cachorros saludables y hermosos. —articuló la castaña sin malicia, queriendo transmitir buenos deseos. YoonGi sintió pronto la tensión que circuló en el Omega y lo incómodo que se sentía a través del lazo. JiMin se había sentido juzgado y atacado, a pesar de que esas no fueran las intenciones de la joven.

Eso confirmó cuán vivos aún eran los recuerdos que JiMin no podía ahuyentar. No olvidaría jamás a esos desconocidos que se rieron de él por años y que no paraban de soltar insultos hirientes, referentes a que un Omega que no podía concebir, no era nada, sólo un estorbo.10Por suerte para los dos, la pareja de Incheon desvió su atención de ellos sin notar el silencio que se instaló cuando tocaron ese punto delicado. Con una rápida pero formal despedida, YoonGi los vio retirarse hacia el salón principal en el que se organizó la celebración, yendo hasta uno de los recién llegados que parecía ser alguien muy cercano al líder de Incheon y a su esposa. Probablemente un viejo amigo o un familiar.

—No te preocupes, ella no lo sabe. Sólo quería darnos buenos deseos, eso es todo. —explicó calmado.

—Lo sé, es sólo que... —JiMin murmuró, bajando poco a poco la mirada.

—Sé que es difícil olvidar, no podrás hacerlo de la noche a la mañana. —dijo el mayor. Al menos existía un mínimo avance; JiMin podía recordar y contar su pasado sin llorar. —Ahora mismo lo mejor que puedes hacer es pensar en otras cosas para distraer a tu mente.

JiMin cabeceó despacio, asintiendo. JiMin era consciente de que YoonGi estaba siendo el único soporte que le ayudaba a no caer desde hace meses. Cuando se conocieron, producto de que él robara una rebanada de pastel, creyó que YoonGi sería el cliché Alfa poderoso al que no le importaba ni una pizca lo que pasara con los demás, siendo un completo egoísta y egocéntrico. Pero entonces, le demostró que pese a su semblante serio, a su físico y aura imponente, a su grave voz y a lo cerrado que era a veces, seguía siendo amable, cariñoso y preocupado.

(••𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊••)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora