❝ T r e i n t a y s i e t e ❞

2.3K 308 24
                                    

Aquellas imprevistas vacaciones resultaron ser verdaderamente un descanso, y uno muy merecido.

JiMin, a causa del insoportable frío que no parecía querer ceder, había mencionado que desde cachorro en esas fechas y a tales temperaturas amaba tomar chocolate caliente. El Omega sólo lo había comentado debido a sus recuerdos de la niñez, sin esperar que YoonGi saliera y que a los minutos regresara a la habitación con dos humeantes tazas de chocolate caliente.

Ambos eran cubiertos por gruesos abrigos que los mantenían en calor, pero a sugerencia de, el pálido JiMin portaba una suave bufanda. El menor tomó un trago de su caliente bebida, causando que YoonGi sonriera y riera un poco mientras que en su mano derecha sostenía su taza; fue cómicamente tierno ver el pequeño bigote de rastros del líquido en JiMin.

—¡YoonGi hyung, no se ría! —exclamaba abochornado, pasando su muñecapor sobre sus labios al limpiarse.

—Está bien, tranquilo. —dijo el mayor mientras que dejaba la taza sobre lapequeña mesita de noche junto a la cama, a un lado de la lámpara. JiMin leimitó, los dos se encontraban de buen humor ese día.

Tal vez sus buenos ánimos se debían a que estaban alejados de cualquierobligación y de miradas curiosas, sin preocuparse de cualquier persona quepodría juzgar cada cosa que hacían, sin contar la libertad que tuvieron alpoder dormir todo lo que quisieran. No importaba que tan pequeña fuese lacabaña ni que tan distante de cualquier contacto con otra personaestuvieran, el ambiente era cómodo y acogedor. Eso era más que suficiente.

—Aún tengo curiosidad hyung. —JiMin se sentó a un lado del mayor en lacama, sonriente. —¿Cómo llegamos hasta aquí?

—Un anciano nos encontró. Aún estamos en Daegu, pero en esta zona tanalejada no hay ningún vecindario o pequeño pueblo siquiera, sólo hay casasseparadas por kilómetros de las demás. —YoonGi explicaba. —Él se dirigía a su hogar, pero tuvo la amabilidad de traernos a esta cabaña que solía usar durante las vacaciones con sus hijos.

—Vaya... —susurró en respuesta el menor con sus párpados cerrándose casi por sí solos.

Un pequeño bostezo salió de los labios de JiMin posteriormente, la noche había llegado hace horas, pero él, como un cachorro rebelde, luchaba contra su necesidad de dormir.

YoonGi lo notó en seguida, por lo que sugirió que mejor sería dormir; la noche era linda, fría y extrañamente cálida a la vez. Se hospedaron en es acabaña durante la mañana, pero entre divertidas conversaciones y chocolate caliente el tiempo pasó con rapidez.

No fue problema para alguno de ellos acostarse en la única cama dentro de la cabaña. En la mansión de la familia Min compartían la misma cama,estaban acostumbrados y por ende no se sentían incómodos. Incluso allí respetaron el margen en medio de ambos, sin invadir el espacio personal del otro.

Se dedicaron un "buenas noches" antes de dormir. JiMin fue el primero en caer rendido ante el cansancio, últimamente se sentía más débil de lo usual y con constante necesidad de tomar siestas.

Entre sueños, su madre apareció con una sonrisa frente a él. Estaba soñandocon ella, viendo su sonrisa y oyendo su voz, esa voz que tantas veces le cantócanciones de cuna para hacerlo dormir después de una pesadilla. Ella había tomado su mano, abrazándolo mientras lloraba, recordándole una y otra vez cuánto lo amaba.

Ahí estaban de pie, su fuerte padre, su hermosa madre, su cariñosa abuela, su protector tío y su amoroso abuelo. Todos lo veían con una sonrisa, ellos,los que le habían cuidado con todo lo que podían, querían darle lo mejor almás pequeño de su familia. Cuando tuvo su primer celo todos estuvieron se aseguraron de que ningún Alfa se acercara, cerrando puertas y ventanas mientras que su abuela, la única Omega aparte de él, lo acompañaba y preparaba tés caseros para su pequeño nieto, ya que a su edad tomar supresores podría hacerlo enfermar.

(••𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊••)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora