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Simplemente era un infierno. Sentía que con cada minuto que pasaba las punzadas en su vientre eran más y más dolorosas.
JiMin se abrazó a la almohada de YoonGi entre jadeos, moviéndose constantemente debido a la molestia que le ocasionaba el roce de las sábanas contra su sensible piel y del lubricante natural humedeciendo la zona entre sus piernas. YoonGi había huido de la habitación el día anterior, debido a que si permanecía allí el aroma de JiMin a esas alturas de su celo terminarían doblegándolo, dando pase libre a sus instintos y con ello, existiendo la posibilidad de hacer cosas que el Omega no quisiera.
Los ciclos de calor en JiMin eran como los de cualquier otro Omega, pero esta vez, diferente a todos los celos por los que había pasado ya antes, este resultaba ser más fuerte y doloroso para él. JiMin intentaba soportarlo tanto como pudiera, pero temía que pronto no pudiese resistir mucho más. Estando en el tercer día de aquella larga semana que le esperaba, su celo estaba en su punto más alto y seguiría así hasta el séptimo y último día.
Su aroma, que comúnmente pasaba desapercibido y era muy leve, ahora inundaba el lugar. La dulce esencia que liberaba podía apreciarse con claridad. El lobo de JiMin, por primera vez en tantos años, se encontraba despierto mientras aullaba por necesidad, queriendo que un Alfa entrara por esa puerta y viniese a calmarlo.
Creyó que eso era lo normal, sin embargo, cuando TaeHyung se adentró en la habitación, su lobo rechazó inmediatamente el aroma de HoSeok que el Omega traía impregnado. Los supresores parecían no surtir efecto.
Lo odiaba. Odiaba tener que estar delimitado en esa cama, ni siquiera entendía por qué debía pasar por esos episodios cada tres meses. No era como si realmente fuera a tener un cachorro, su estro sólo estaba allí para torturarlo y nada más.
—Estaré media hora aquí ChimChim, hasta que el efecto del supresor se desvanezca. Si tu lobo toma el control y sigo aquí podría ocurrir un accidente. —le decía TaeHyung al referirse a la intromisión del nido, que comenzó siendo un pequeño refugio de prendas sobre la cama para luego tomar paso en toda la habitación, que sin la necesidad de ropa rodeándolo, seguía oliendo a YoonGi. —Traje los chocolates que tu pareja compró para ti, tal vez así ignores un rato el dolor que sientes.
—Gracias TaeHyung. —el mayor de ambos Omegas se sentó con dificultad en la cama, tomando uno de los chocolates para llevarlos a su boca, ignorando que el castaño se hubiese dirigido a YoonGi como su pareja.
Toda Daegu vivía bajo el engaño de que YoonGi y JiMin eran una pareja estable con más de un año de relación. SeokJin y HoSeok, por su parte, sabían que aquello era una mentira, pero nadie más aparte de JiMin y YoonGi conocía el hecho de que ambos se habían declarado, sus sentimientos resultando ser mutuos. Todo era un enredo extraño por el que JiMin no deseaba preocuparse, no por ahora.
Mientras JiMin comía los chocolates TaeHyung se acercó para poder tocar su frente, exaltándose al sentir la alta temperatura que JiMin presentaba. El castaño arrugó el entrecejo. No era exactamente común padecer fiebre durante un celo, él nunca había oído algo parecido.
• • •
YoonGi bajó las escaleras sin ninguna urgencia por la cual apresurarse, manteniendo sus manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Sé preocupaba por lo que podría estar pasando JiMin ahora que él no tenía permitido entrar al dormitorio como medida de prevención. Su único consuelo era saber que TaeHyung estaba con él, ya que se había ofrecido a cuidarlo tal como JiMin lo hizo con él durante los malestares que sintió a causa del embarazo.
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(••𝖉𝖚𝖑𝖈𝖊••)
Fanfiction❝ ¿Quién dijo que, en su manada, vivir como una omega infértil seria cosa fácil...? ❞ JiMin fue comprometido como cualquier omega en una de las tantas manadas de Busan. pero a diferencia de cualquier omega, el no podía concebir. solo por esa su cuer...