Capitulo 17.

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—¿Algo interesante? —dijo Obito.

Deidara cerró el libro reglamentario de hechizos del cuarto año para que Obito no viera lo que estaba planeando. Si su amigo había avanzado tanto durante el verano, él no iba a quedarse atrás. Debía impresionarlo.

—Sí, hay unos cuantos interesantes, hm —dijo, poniendo el libro en su regazo—. ¿Cuándo me vas a enseñar tu patronus? Ya quiero verlo. ¿Qué animal es?

—¡Sorpresa! —Obito se llevó el dedo a los labios—. Aún no se lo he dicho a nadie, así que tendremos que ir a un lugar apartado.

El carruaje tirado por animales invisibles estaba cruzando el largo puente de piedra. En un bache, la jaula vacía de Katsu se cayó al suelo. Deidara no se molestó en recogerla. Odiaba encerrar a su lechuza en ella y solo lo hacía cuando no tenía más remedio.

—¿Y cuándo va a ser eso? ¡Yo lo quiero ver ya! Literalmente acabas de aprender uno de los hechizos más geniales y difíciles y llevas días dándome largas.

Obito lo miró con tristeza. Deidara se arrepintió de haberse quejado.

—No es que no quiera enseñarte es que... A veces aún no me sale. Tienes que concentrarte mucho y buscar en tus memorias. Pero a veces me despisto y me pongo a pensar en otras cosas y entonces lo único que sale es esa niebla blanca —Obito jugueteaba distraídamente con la punta de su varita—. No quiero enseñarte eso. ¿Qué clase de maestro pensarías que soy?

Deidara asintió. La idea de aprender el hechizo lo emocionaba. Más incluso que enseñarle a Obito su propia sorpresa.

—¿Y cuándo empezamos, sensei?

—Sensei —Obito sonrió y los segundos pasaron sin que dijera nada. Hasta que de repente reaccionó—. Uh... Antes de que comience la temporada de Quidditch y nos empiecen a mandar tarea podemos volver a la sala de los menesteres y practicaremos el hechizo juntos.

—Hablando de Quidditch... Kurotsuchi va a presentarse a las audiciones. Y este año tenemos que cubrir tres puestos, hm. Va a ser un año divertido. ¡Más razones para patear traseros Slytherin!

Alguien gritó su nombre. Deidara miró atrás y vio a Karin, Kisame y el hermano pequeño del recién graduado Mangetsu Hozuki saludándolo desde el carruaje de detrás. Les devolvió el saludo con el brazo y se volvió hacia Obito.

—Cantas victoria muy pronto. Te recuerdo que cuando un equipo renueva muchos jugadores a la vez les suele ir mal —replicó Obito.

Deidara recordó el día de su primer partido y lo nervioso que estaba. Le sentaba mejor mostrar confianza.

—Nah —dijo sonriendo, justo cuando el carruaje se detuvo—. Nos va a ir bien. Luego te enseñaré otra cosa que he estado aprendiendo.

Al bajar del carruaje, unos elfos domésticos tomaron sus equipajes.

—¿Qué es? —preguntó Obito, alzando una ceja.

—Luego lo verás —dijo antes de seguir las órdenes de los prefectos de agruparse con el resto de gryffindors.

Primero debió ponerse al día con todo lo que habían hecho sus compañeros durante el verano, las charlas con Kisame y Karin sobre quienes de los nuevos tenían potencial y Hidan llamándolo nerd por haberse llevado un libro a la mesa.

Deidara no iba a probar su nuevo truco antes del banquete por si lo castigaban sin cenar, pero estuvo a punto de hacerlo durante el discurso de bienvenida de la directora Tsunade.

Al salir del comedor y ya con la tripa llena, revisó el libro una vez más y sacó la varita. Antes de que cada una de las cuatro casas se fuera por su lado, Deidara saltó sobre la estatua de un león y alzó la varita sobre su cabeza.

Una Aventura Por Hogwarts. Obi/dei (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora