Capitulo 18.

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Obito cortó otra espina de rosal y la puso dentro de la bolsa de tela. Después escogió los pétalos que le parecieron más bonitos y menos estropeados y los agregó a lo que ya tenía: la rama de hierbabuena, la piedra lunar y las perlas de ostra.

Le faltaban los huevos de Ashwinder pero sabía quién se los podía vender y prefería no tenerlos hasta que no fuera la hora de echarlos al caldero.

Al terminar dejó las tijeras de podar en su lugar correspondiente y salió del invernadero.

Aún no estaba demasiado seguro de lo que estaba haciendo, pero ya no podía soportar más la situación en la que estaba.

Ser amigo de Deidara era cada día más doloroso, tanto o más que arriesgarse a declararse y ser rechazado.

La pesadez en su estómago desde que empezó a reunir ingredientes no lo ha abandonado, le quitaba el apetito, lo atormentaba en pesadillas.

Hiciera lo que hiciera, Obito no veía una solución.

Se coló en una clase vacía, tras asegurarse de que nadie lo había visto.

—Accio caldero —dijo y en cuanto lo tuvo en sus manos, encendió una llama mágica y lo colocó encima.—Aguamenti.

Un chorro de agua cayó al caldero y Obito lo dejó hervir mientras con el mortero, pulverizaba las perlas.

Tal vez el efecto de la poción sólo durase un día, pero tal vez en ese día Obito pudiera hacer que surgiera amor de verdad.

Lo pensaba mientras sacaba las espinas de rosal, pinchándose en el proceso varias veces y mientras las echó al caldero y bajó el fuego.

Se lo repitió constantemente mientras salió de aquella habitación y llamó a la puerta del profesor de historia de la magia.

—¿Qué quiere, señor Uchiha? —dijo el profesor Kakuzu.

—Media docena de huevos de Ashwinder —respondió Obito.

—Dos galeones.

El profesor Kakuzu extendió la mano. Obito no regateó a pesar de que estaba siendo estafado y se desprendió de su dinero.

Después esperó mientras él se fue a otra habitación y un minuto después un elfo doméstico le trajo los huevos y le dijo que se largase.

De vuelta en la clase, el agua ya se había rebajado mucho y Obito puso la esencia de espinas en un frasco a parte y limpió bien el caldero para comenzar a cocinar los huevos de ashwinder.

Entonces la puerta se abrió y Tobi pasó volando a la clase. A Obito casi le dio un infarto cuando vio a Deidara detrás de él.

—¡Así que aquí te escondías, hm! Tuve que ir a por Tobi para que te encontrase. ¿Qué estás haciendo?

—¡Eh...!

Era demasiado tarde para tratar de esconder todo o inventar una excusa. Obito sintió su cara arder mientras Deidara se acercaba y miraba las cáscaras rotas de huevos de ashwinder junto al caldero.

Cuando lo escuchó reír, Obito cerró los ojos con fuerza.

—Vaya, un filtro de amor —dijo Deidara, arrodillándose a su lado y apoyándose en sus hombros—. ¿Y para quién es?

—Para nadie —espetó Obito.

Deidara se le abrazó al cuello. Obito se olvidó de respirar.

—¿No me lo quieres decir? ¿A mí? ¿Quieres que lo averigüe por mi cuenta?

—¡Deidara! ¡No es lo que piensas! —exclamó Obito—. Yo... La estoy haciendo por encargo. Es mi nuevo negocio.

—Oh. —Deidara lo soltó—. Qué aburrido. No me estarás engañando.

Obito sintió un nudo en la garganta al mirar a Deidara.

—No. ¿Por qué te iba a engañar?

—Porque te conozco y sé qué cosas te dan vergüenza, hm.

Obito removió los huevos de ashwinder. La sustancia anaranjada comenzó a ponerse de color rosa.

—Sólo necesitaba dinero extra para algo, y bueno... A un montón de chicos de mi clase les gusta alguien así que pensé que tendría éxito —dijo él y de repente se le ocurrió una idea brillante para averiguar si Deidara estaba interesado en alguien—. Te puedo hacer otra a ti, si quieres. No te cobraré.

—Nah. Esas cosas son para perdedores. No las necesito —dijo Deidara—. Pero te puedo ayudar a prepararla.

Con cada nueva frase de Deidara, Obito se sentía peor. Deseó poder salir huyendo.

—Claro. Puedes pulverizar la piedra lunar mientras yo remuevo esto —respondió él.

Aquella noche, Obito miró el frasco lleno de líquido rosa rojizo. Deidara dijo que esas cosas eran para perdedores y él no podía sino darle la razón.

Eran para perdedores como él. Con un suspiro pesado, quitó el corcho del frasco y dejó caer el filtro de amor al lavabo. Después lo enjuagó bien y se fue a intentar dormir.













759 Palabras.

Una Aventura Por Hogwarts. Obi/dei (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora